El candidato socialista estima que con la nueva aplicación del impuesto de patrimonio, excluyendo a las clases medias, que no tributarán, el Gobierno puede recaudar la misma cantidad (1.800 millones) que María Dolores Cospedal  ahorraría en Castilla-La Mancha aplicando el plan de recortes que anunció a principio del mes de septiembre, donde los servicios sociales, la educación y la sanidad son los grandes perjudicados de este drástico tijeretazo.

“Dejad que los ricos se acerquen a mi”
Sin embargo, y a pesar de la recaudación garantizada, el Gobierno de Castilla-La Mancha no va a aplicar este impuesto, según han confirmado a Europa Press fuentes del Ejecutivo autonómico presidido por María Dolores de Cospedal. “Está claro, Cospedal nunca gravará a los ricos, porque ella siempre hace suya la cita bíblica: “dejad que los ricos se acerquen a mí, ¿o eran los niños?”, señalan con ironía a ELPLURAL.COM fuentes del PSOE manchego.

Fabra se une a Cospedal…
Pero no solo la presidenta de Castilla-La Mancha se negará a aplicar el impuesto de patrimonio, también su homólogo y compañero de partido, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha recordado que en la Comunidad Valencia no se paga ni se pagará este impuesto. “Seguiremos sin pagarlo a no ser que cambie la ley y que no nos dejen hacerlo”, ha sentenciado.

…para lo malo y lo peor
Ambos (todo parece indicar que Esperanza Aguirre se unirá a la troika), eso sí, continúan con su política de recortes sociales que, principalmente, afectan a la educación y a la sanidad. Mientras que en Castilla-La Mancha los sindicatos estiman en 4.000 los profesores y maestros que irán al paro, en Valencia la privatización de la sanidad avanza a pasos agigantados, sin desatender la merma en la escuela pública.

Los profesores se echan a la calle
Recortes que en Castilla-La Mancha están teniendo fuerte contestación de la comunidad docente, como lo prueban las multitudinarias manifestaciones de este lunes en cuatro de las cinco provincias castellano-manchegas, donde miles de profesores se han echado a la calle en el inicio del curso para pedir al Gobierno de Cospedal que no meta las tijeras en educación y que “haya menos mantillas y más plantillas”, como rezaba una de las pancartas exhibidas por los manifestantes.