Según cuenta hoy El Mundo, la juez Coro Cillán en una providencia notificada ayer a las partes, cita también para mañana “a quien fuera director general en Europa de la mercantil Maxam Europe”, la empresa que fabrica la dinamita de la marca Goma 2 Eco, que, según la sentencia, estalló en los trenes. En 2004, esta compañía tenía la denominación Unión Española de Explosivos.

Interrogó a seis funcionarios de Renfe
La semana pasada, la juez, que ignorando la sentencia en firme en este caso se ha propuesto investigar si fueron ocultadas pruebas fundamentales, ha interrogado la semana pasada seis funcionarios de Renfe para preguntarles por qué fueron desguazados los trenes siniestrados.

La Gaceta, El Mundo y Cillán
La jueza está siendo aupada desde La Gaceta y El Mundo como una especie de heroína capaz de dar alas a la conspiranoia alrededor de la matanza de Atocha. El director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, llegó a decir de Cillán que sería la única capaz de acabar con Rubalcaba. Por su parte, el diario de Intereconomía sigue de cerca con mimo los pasos de la magistrada y ha acusado a la Fiscalía de perseguir a Cillán, a raíz de la apertura de una investigación por parte del Consejo General del Poder Judicial.

Las supuestas irregularidades de la jueza
La investigación parte de una denuncia de una secretaria del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, del que el titular la juez, por presuntas irregularidades en su actuación en el proceso de la discoteca madrileña Moma. Hay indicios de que la juez dio un trato de favor a amigos y a un supuesto novio en este caso.

Graves denuncias contra Cillán
Como parte de la inspección a la labor de la juez, han salido a relucir testimonios de una secretaria y dos fiscales del juzgado, que han acusado a Cillán de trabajar bajo la ingesta de bebidas alcohólicas que le provocan, según esas declaraciones, un estado “irascible” y una "inestabilidad preocupante", y le llevan a “confundir personas y delitos”.

La jueza ya fue sancionada
No es la primera vez que se mira con lupa el trabajo de Coro Cillán. En 1999 fue sancionada por retrasos injustificados en su gestión y dos años después volvió a cometer esta misma falta. Según publicó El País, contra la juez hubo denuncias por ocultar a sus compañeros de tribunal borradores de sentencia o no incluir en las mismas los argumentos acordados durante la deliberación de asuntos judiciales, cuando ella actuaba como ponente.

Su pasado franquista
A la jueza le acompaña, además, un pasado político franquista. En 1979 fue como número dos por Guipúzcoa en las listas de Unión Floral del País Vasco, una coalición que reunió a franquistas y ultraderechistas.