Este viernes da el pistoletazo de salida la gran ‘fiesta’ del Partido Popular. El cónclave conservador llega en un momento de alegría para la formación de Pablo Casado. Y es que, también el viernes, Juanma Moreno tomará posesión como nuevo presidente de la Junta de Andalucía, el primero de una fuerza diferente al PSOE en democracia. Un hito para los populares.

Pero el paisaje idílico que deja este hecho histórico no es tal. Génova vive uno de los momentos más convulsos y desconcertantes de su existencia – incluyendo Alianza Popular -. La fuerza conservadora romperá con todo discurso asumido en tiempos pretéritos por sus predecesores, sobre todo con el argumentario de Mariano Rajoy.

Radicalización ‘popular’

La llegada de Pablo Casado a la cúspide genovesa predecía un cambio de dirección respecto al marianismo. Sin embargo, no pocos podían imaginarse que ese diputado por Ávila, sin ser el gran favorito en las primarias del PP, podría dar un volantazo de semejantes magnitudes.

Casado cree que es el momento de que el Partido Popular se rearme ideológicamente. Precisamente ese es el leitmotiv de este cónclave: desarrollar y exponer las nuevas discursivas de este ‘renovado’ PP. Pero no es un avance hacia la moderación, sino hacia la radicalización para pugnar la “batalla de ideas a la izquierda” y, sobre todo, comprar a un precio de lujo el extremista y abrupto modelo de Vox.

Un cambio de dirección que no ha gustado en el seno de la formación. En las entrañas de Génova se ha librado una batalla furtiva, con idas y venidas a modo de declaraciones y advertencias. Los barones se han encargado de dar la voz de alarma durante la negociación que libraron conservadores y Vox para lograr la investidura de Moreno Bonilla. “Este no es el camino”, ha sido la sintonía de cabecera en las filas populares más críticas.

Adiós, Mariano, adiós

Que Pablo Casado quiere acabar con el PP tal y como se conoce hoy en día es un hecho. Vox ha hecho mucho daño en Génova y consideran que comprando su discurso pueden recuperar la sangría de votos que se presuponen fugados a la ultraderecha de Abascal. Esto supone, a su vez, colocar los clavos en el ataúd del marianismo.

La Convención Nacional del Partido Popular será el velatorio de un Mariano Rajoy que no se ve representado en la ultraderechización que quiere instaurar su sucesor. De hecho, la guardia pretoriana del expresidente tampoco se identifica con este ideario e incluso ha jugado al despiste sobre su asistencia al cónclave conservador de este fin de semana.

Es el caso de Soraya Sáenz de Santamaría y de María Dolores de Cospedal – desahuciada por el PP tras las grabaciones de Villarejo -. La exvicepresidenta del Gobierno, según ha informado EFE, acudirá a la Convención acompañando a Rajoy. Santamaría recibió una invitación, al contrario de lo que se venía diciendo en los mentideros durante esta última semana. Eso sí, la extitular de Defensa no apoyará presencialmente al que fue su jefe en el funeral que el PP de Casado le organiza a un Mariano Rajoy que ha evitado la foto a tres con dos de sus verdugos.

Sin encuentro entre Aznar y Rajoy

En un ejercicio de ingeniería lingüística, el Partido Popular ha separado las ponencias de los dos expresidentes en el tiempo y en el espacio. Ambos intervendrán para “celebrar los 30 años de historia del PP” – en el caso de Rajoy – y para “conmemorar el 30 aniversario de la refundación del PP”.

Así las cosas, léxico aparte, los expresidentes no se verán las caras en el cónclave popular. Su enemistad íntima los ha llevado a vetar un acto en el que intervinieran juntos, como era el deseo de Pablo Casado en su afán por aunar – de cara a la galería – a todo el PP bajo la enseña de la unidad.

El predecesor de Rajoy asiste a la Convención animoso, viendo como el Partido Popular recupera una postura más radical, abandonada por el marianismo desde que Aznar saliera por patas de la formación. Su estancia fuera del PP le valió para enemistarse con Rajoy y erigirse como uno de sus críticos más feroces. Pero ahora ha vuelto, engatusado por el regreso a su línea argumental que ha adoptado Pablo Casado desde que salió elegido presidente conservador.

La guinda del líder

En un cónclave donde se estipulará el nuevo rumbo que adoptará el Partido Popular, pondrá la guinda Pablo Casado el domingo para su clausura. El líder popular intervendrá en el cónclave tras Diego Gago – Nuevas Generaciones – y Pío García Escudero – presidente del PP en Madrid y presidente del Senado-.

En el Cónclave parece que tendrá cabida el "feminismo liberal", aunque no se sabe de qué manera. Cabe recordar que uuno de los puntos de colisión entre cierto sector del PP y Génova mientras se negociaba el pacto de investidura de Juanma Moreno con Vox, fue la Ley de Violencia de género. Pero también se hablará de del “fracasado modelo educativo de la izquierda” e incluso de la prisión permanente revisable con la colaboración, por supuesto, de Juan José Cortés.

Una comparecencia inmediatamente posterior a la de Vargas Llosa que intervendrá para expresar su opinión sobre la “sociedad abierta y sus enemigos”. Todo esto se produce en el día en el que Aznar volverá a subirse al atril popular antes de que Casado ponga la guinda del rearme ideológico del PP el domingo.