A fin y efecto de eludir un posible delito fiscal, el rey Emérito Juan Carlos I se adelantó al Ministerio Público y abonó a Hacienda 4,4 millones de euros para regularizar su situación ante la Agencia Tributaria por sus rentas no declaradas durante varios años, que sumarían más de ocho millones. Los 4,4 millones se sumaron a los 678.393 euros que pagó en diciembre de 2020. La pregunta es, ¿de dónde sale el dinero?

Según El Confidencial, varios amigos y allegados al exmonarca, hoy exiliado en Emiratos Árabes, han aportado su granito de arena. En concreto, las cantidades ascienden a 250.000 euros por barba. La colecta fue organizada por Javier Corsini, gestor de una de las fincas de caza habituales del Emérito.

Uno de los que ha ayudado ha sido Vicente Boluda, presidente y máximo accionista de la naviera Corporación Boluda, quien según el citado medio, ha reconocido haber concedido un préstamo por esa cuantía, al tiempo que admitió que le contactó Miguel Corsini, expresidente de Renfe, fallecido el pasado mes de noviembre tras una larga enfermedad.

Boluda es uno de los amigos más íntimos de Juan Carlos I. Ambos comparten aficiones tales como a caza y los toros y acostumbran a acudir juntos. En este sentido, El Confidencial recoge declaraciones en las que dice que toca echarle una mano, tal y como “hemos hecho una veintena de empresarios. Con lo que yo le he dejado, al menos hemos tenido que ser más de 20 los que hemos puesto dinero para llegar a esos 4,4 millones”.

Sin embargo, finalmente el número de personas que han cooperado económicamente con el exmoncarca es significativamente inferior, llegando apenas a una decena.

Uno de los que habría participado fue Félix Sanz Roldán, otra director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), hoy asesor de Iberdrola. Además, éste habría mediado con otros tantos empresarios. Cabe recordar en este punto que Sanz Roldán acudió a Emiratos a vacunarse contra el Covid-19, al igual que las infantas.

Jaime Castellanos, presidente del banco de negocios Lazard, exprimer ejecutivo de Recoletos, y tío de Ana Botín, es otro de los participantes en los créditos blandos al rey. Lo mismo ocurre con Diego del Alcázar y Silvela, marqués de la Romana y presidente del Instituto de Empresa Business School (IE).

Alejandro Aznar, presidente de las Bodegas Marqués de Discal y de la naviera Ibaizabal, ha sido otro de los prestamistas.

Ellos son la cara de la moneda. Pero hay una carátula B, una suerte de lista negra: los que rehusaron participar. En esta lterna se encuentran amigos íntimos que por el áurea oscura que desprende a día de hoy el Emérito se han negado a contribuir. Son Alberto Alcocer; su primo, Alberto Cortina; Rafael del Pino, presidente de Ferrovial; José Manuel Entrecanales, máximo accionista de Acciona; Borja Prado, expresidente de Endesa, y Juan Abelló, otra de las personas más cercanas al monarca.