Abdelbaki Es Satty estuvo cuatro años preso por tráfico de drogas y durante esos años tuvo más contacto con la policía que con su propia mujer, según informa El País en el artículo publicado este martes.

A la joven con la que se casó al llegar a España, Hassna Thaina, la vio por última vez en el año 2011. Desde entonces, miembros de la seguridad del Estado pasaron a ser sus únicos visitantes en la cárcel de Castellón I. En el informe enviado al juez de la Audiencia Nacional que se dedica a investigar los atentados, se detalla que Es Satty mantuvo “cuatro entrevistas policiales” con cuatro agentes que se identificaron con los números de sus carnés profesionales. Fuentes policiales confirman que corresponden a dos guardias civiles y dos integrantes del Centro Nacional de Inteligencia.

El CNI y el imán

La relación del imán de Ripoll con la seguridad del Estado es uno de los puntos clave de la investigación. El pasado noviembre, El País reveló la existencia de contactos, el CNI admitió que “mantuvo contactos” con Es Satty durante su encarcelamiento en el marco de la prevención contra el terrorismo. Fue el propio director del servicio secreto, el general Félix Sanz Roldán, acudió a la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para dar explicaciones de los mismos. Ya había aparecido el nombre del imán en el sumario de la Operación Chacal, que en 2006 desmanteló una célula yihadista creada en torno a una mezquita de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).

No se aclaró entonces ni la periodicidad ni el alcance de esos contactos. Ahora estos datos sí que aparecen incorporados al sumario en el Informa de Instituciones Penitenciarias y se refieren a cuatro encuentros con el imán en la cárcel. Tres de esas cuatro “entrevistas policiales” registradas entre los meses de abril, mayo y junio de 2012 fueron registradas por dos agentes identificados con un carné profesional alfanumérico de siete dígitos.

Según las fuentes consultadas esa numeración corresponde a la Guardia Civil. La última visita fue registrada en el año 2014 y fueron dos agentes identificados con cuatro números. Fuentes confirman que esa identificación pertenece a agentes del CNI.  

En prisión por narcotráfico

Es Satty fue detenido en el puerto de Ceuta en 2010 por intentar introducir en España 121 kilos de hachís. Ingresó en prisión apenas dos días después de su detención y ya no la abandonó hasta abril de 2014, un mes después de la última entrevista policial. En el juicio, Es Satty declaró que tres hermanos marroquíes le apalearon y le obligaron a transportar la droga. Cuando ya se encontraba en prisión, se quejó amargamente ante la Fiscalía y ante el Defensor del Pueblo de que había sido encarcelado de forma injusta.

Su paso por prisión dejó una escueta ficha biográfica, según la cual, nació en la localidad marroquí de Madchar Benghaya y se casó con una mujer de 18 años con la que tuvo nueve hijos y aún vive en Tánger. Aunque cuando llegó a España en 1998 comenzó una relación con Hassna Thaina. Es Satty recibía una pequeña nómina por su trabajo en el taller, según cuentan Instituciones Penitenciarias. Disfrutó de cuatro permisos de salida, en los cuales permaneció en un piso de acogida de la Pastoral Penitenciaria de Castellón.

En el informe se dispone también la relación de presos con los que compartió celda y los números de teléfono que tenía autorizados. Todos estos datos fueron analizados por los Mossos d’Esquadra y aportaron al juez otro informe que detalla la conexión de Es Satty con algunos personajes relevantes durante su estancia en Castellón.

Maki Mohamed Hammed, amigo del imán, solicitó cita previa para contactar en prisión con él en 2011. El encuentro no llegó a producirse, pero la policía catalana destaca que Hammed “se corresponde” con un individuo apodado 'El Sudaní'. Según uno de los testigos protegidos que han declarado en la causa -identificado como B2- El Sudaní es un hombre radicalizado que mantuvo un intenso contacto con Es Satty durante su etapa en Vilanova. Ya entonces, según B2, Es Satty tenía un discurso “radical” y “hablaba de la guerra y de los conflictos de Afganistán”.

Después de quedar en libertad, Es Satty viajó por distintos países y finalmente en 2015 llegó a Ripoll (Girona), donde la comunidad Annour le contrató como imán por 700 euros al mes. Minhaj Hammou, secretario de la entidad, explicó a los Mossos que le pareció un “buen candidato” y afirmó que sus discursos eran “normales y nada radicales”.

La rutina del cerebro de los atentados consistía en “ir de casa al trabajo y del trabajo a casa”, una idea que también confirmó su compañero de piso en Ripoll, que nunca observó un comportamiento extraño. Hammou afirmó sentirse “engañado” por el imán y mostró sus sospechas de que el imán logró “lavar el cerebro” a los jóvenes que finalmente cometieron el atentado. Tras el Ramadán de 2017, Es Satty pidió ausentarse tres meses para ir a Marruecos. La comunidad no le dio el permiso y dejó su tarea como imán.

Algunos familiares y personas del entorno de Es Satty -como el testigo protegido B-2- contradicen esa supuesta contención pública de Es Satty. Hafida Oukabir, hermana de Driss y Moussa, afirmó ante la policía que los sermones del imán eran “radicales”. “Hablaba abiertamente y por el altavoz de la Yihad y de la lucha armada, por la cual había que matar a los infieles”, detalló a los Mossos.