Ciudadanos se ha aferrado a la polémica del Orgullo. Los naranjas mantienen su discurso victimista con respecto a los incidentes acaecidos durante la manifestación del Orgullo 2019. A pesar del informe de la Policía en el que desmienten su versión y de que ha trascendido la existencia de informes internos en los que los de Albert Rivera se felicitan por el rédito derivado de sus incendiarias visitas a Errentería y al pueblo de Josu Ternera; los naranjas no cejan en su intento y mantienen la acometida. El Grupo Parlamentario de Ciudadanos ha registrado en el Congreso de los Diputados una batería de preguntas sobre el informe policial para que el Gobierno las responda por escrito.

Los diputados Joan Mesquida y Miguel Gutiérrez han registrado el documento, que incluye cuestiones tales como si fue el propio ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien tras “incendiar” y “calentar la calle”, ordenó la redacción del informe que desmiente a Ciudadanos.

Preguntan también por qué el informe no está firmado, si se contó con el testimonio de los agentes de paisano que protegían a los dirigentes naranjas, si le “parece oportuno, objetivo y profesional”, su opinión sobre las “conclusiones” que se extraen y si tiene previsto dimitir.

La investigación concluye que no se produjeron las agresiones físicas que denunciaron, que los representantes de Ciudadanos no siguieron las recomendaciones e instrucciones de los agentes de seguridad y que Inés Arrimadas y compañía acudieron al Orgullo como “maniobra para catalizar la atención mediática”.

No obstante, Ciudadanos insiste en que los hechos fueron “tristes y peligrosos” y que fueron “acosados, rodeados, insultados, amenazados y agredidos físicamente por un amplio grupo de manifestantes que mostraron su odio con ataques físicos y verbales”.

“Más allá de las amenazas, insultos, lanzamiento de orines, botellas o latas aplastadas”, reza el escrito, se puso “en peligro la integridad física de las 200 personas que se manifestaban en el perímetro de Ciudadanos”.

Asimismo, culpan a Grande-Marlaska de crear con sus declaraciones la coartada perfecta “para los agresores y acosadores”; al tiempo que denuncia que incurrió en una gravísima negligencia porque no previó la “indefensión” de la comitiva naranja ni diseñó un dispositivo en consecuencia.