Ha llegado el día en el que Celia Villalobos dice adiós a la vida política. Lo ha hecho en el programa de Susanna Griso, Espejo Público. La diputada del Partido Popular anunciaba que esta era su última legislatura y considera que ha llegado el momento de liberarse del “escudo del PP y ser Celia Villalobos”.

Asegura que se ha perdido el Congreso y “alguien tiene que ejemplificar esa derrota y no me importa ser yo esa figura”. Se pone punto y final, así, a la trayectoria política de una diputada incapaz de pasar una semana – prácticamente – sin montar un lío en el Parlamento. Varios han sido los momentos que ha protagonizado la que fuera vicepresidenta del Congreso.

Una diputada que jamás ha reconocido sus excesos tanto dentro como fuera del Parlamento e incluso se ha postulado como una sustituta idónea de Jesús Posada en el año 2013, afirmando que lo ejercía “con bastante rigor”. Pero Villalobos era una figura propensa a pisar charcos fácilmente evitables en el camino de la política y no son pocos los líos y disparates que ha protagonizado.

Hazañas parlamentarias

Los despropósitos de Villalobos no se circunscriben únicamente a rifirrafes con otros diputados en la Cámara. Para ser protagonista se ha servido y bastado ella solita. En el año 2013, ejerciendo como vicepresidenta del Congreso, hizo un uso ilícito de los medios públicos para enviar correos electrónicos.

Estos mails estaban destinados a felicitar a los agentes electorales que participaron en la campaña de Rajoy. Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, solicitó que le echaran una mano a Javier Arenas en su lucha por conquistar Andalucía.

Pero es que un año antes, Celia Villalobos se encaró con los diputados de la oposición. Estos reprochaban la “nocturnidad” con la que actuaba el Partido Popular. En la Comisión que tenía que aprobar el proyecto de la reforma laboral, presentó de repente 26 enmiendas pactadas con CiU y UPyD el día anterior a última hora. Un hecho que dejó a los otros diputados sin capacidad de reacción y una hazaña más que añadir a su currículum.

Integrada con la tecnología

Celia Villalobos se ha caracterizado también por ser una persona hermanada con las nuevas herramientas que ha traído el progreso tecnológico. La Tablet de la diputada popular se ha convertido en un objeto histórico en al atrezzo parlamentario y quedará siempre para el recuerdo aunque ahora abandone la política.

La exvicepresidenta del Congreso fue captada jugando al Candy Crush en pleno Debate sobre el Estado de la Nación. De hecho, era el turno de palabra de Joan Coscubiela, pero no parecía importarle mucho a la popular, inmensa en la destrucción sin pudor de caramelos en el mundo virtual.

Pero no fue la única vez que la pillaron con su preciada Tablet. Las cámaras de laSexta pillaron in fraganti a la diputada popular sumida en una de las decisiones más importantes de su vida, según parecía. Mientras la ministra de Justicia, Dolores Delgado, ostentaba el turno de palabra, ella no apartaba sus ojos de la pantalla en plena indecisión en la ardua y mundana tarea de comprar ropa.

Disparates por 85.000 euros

¿Cuánto cobra Celia Villalobos? Es la pregunta que ha rondado desde que la diputada del Partido Popular indignase a propios y extraños con sus declaraciones sobre las pensiones, más disparatadas aún que las anteriores hazañas. En su momento, la malagueña aconsejó a los jóvenes españoles ahorrar dos euros al mes para pagar una pensión privada y criticó, sin datos, que hubiera jubilados que estaban más tiempo cobrando la pensión que trabajando, mientras que ella se iba a jubilar a los 80 años porque está “divina de la muerte”.

En El Objetivo de Ana Pastor quisieron explicar a los españoles cuál era el secreto de la eterna juventud de Villalobos, que podría estar en su elevado sueldo. Según explicó Inés Calderón, Villalobos cobra 2.824 euros al mes como diputada, que se reparten en 14 pagas. A este salario hay que sumarle su complemento de 1.445 euros por ser presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, el grupo de trabajo que, irónicamente, trabaja por el futuro de las pensiones.

Los beneficios de su cargo no acaban ahí, porque Villalobos cobra una indemnización de 1.842 euros cada mes porque es diputada por Málaga y tiene que trabajar en Madrid. Una prebenda que no se anula por el hecho de que Villalobos tenga una vivienda en Madrid, de “pleno dominio” desde el 4 de marzo de 1987.

Esos 1.842 euros están libres de pagar impuestos y suponen un ingreso neto de 25.000 euros al año. Todo junto ronda los 85.800 euros. Un salario que supera al del mismísimo presidente del Gobierno, que gana 79.756 euros al año, a pesar de que se lo ha subido dos veces desde que llegó a La Moncloa. Así, cualquiera está “divina de la muerte