No hay estudios que apoyen la teoría de que cada vez que Pablo Casado habla sube el pan, pero no cabe la menor duda de que cada vez que el líder del PP se pone frente a un micrófono y una cámara la comunidad tuitera se frota las manos. En uno de sus últimas comparecencias, una de esas en las que habla sobre un fondo con ganado de atrezzo -en este caso, una explotación intensiva- Casado ha vuelto a dejar perplejos a los usuarios de las redes sociales.

Lo ha hecho con el argumento de las últimas semanas: los fondos europeos. Pese a cosechar rapapolvos de Bruselas por sus bulos y falacias sobre los mismos y la gestión de Pedro Sánchez, Casado se ha reafirmado en su crítica. El dirigente popular ha reiterado su ‘no’ a la reforma laboral y ha insistido en la necesidad de poner en marcha la denominada mochila austríaca ya que su aplicación es asumible desde el punto de vista económico, “pero ahora que tenemos fondos europeos y que otros países la están poniendo en marcha yo lo que decía a Sánchez es: ’Oye, vamos a aprovecharlo”. “Será mejor emplear 10.000 millones de euros para que de aquí a 20 años se contrate a mucha gente, sobre todo jóvenes y mujeres, a estar dando un millón de euros para la Guerra Civil o no sé qué archivos que quieren digitalizar, otro millón de euros para el turismo de otras razas, y otro millón de euros para las sedes sindicales”, ha esgrimido.

Unas declaraciones que no han dejado indiferente a nadie. Casado ya había deslizado esta idea con anterioridad cuando afirmó que el Ejecutivo “está utilizando estos fondos para proyectos” a los que no deberían destinarse como “pagar webs de ministerios” y turismo para personas de una “orientación sexual determinada o de una raza determinada”. “Están rehabilitando todas las casas sindicales de los sindicatos. Para eso no son los fondos. Son para hacer una economía más competitiva, crecer más y crear más empleo”, precisó.

Bulos y más bulos

Por supuesto, la reducción al absurdo de Casado es una falacia más en su larga lista. El millón de euros “para la Guerra Civil” es un proyecto para digitalizar un archivo de 787.000 documentos de la represión de la dictadura. El millón de euros “para el turismo de otras razas” no existe, se lo ha inventado. Lo más parecido es un plan que, entre otros muchos objetivos, busca promocionar España como destino para turistas LGTBI –el ejemplo más obvio: el Orgullo en Madrid–, o para turistas mayores, de otras religiones, con discapacidad… ¿Las razas? No hay nada que se le asemeje. En cuanto al millón para las sedes sindicales, en realidad se trata de la rehabilitación de edificios que son propiedad del Estado –aunque algunos de ellos los usen los sindicatos– para mejorar la eficiencia energética y ahorrar en electricidad y calefacción. Por cierto, esta iniciativa figura en todos los planes europeos de todos los países.