Este jueves el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado el último barómetro, que da como ganador a Pedro Sánchez con un 30,2% de los votos. El presidente del Gobierno también es el que mejor nota recibe en cuanto a valoración de líderes. Sin embargo, los ciudadanos también le señalan como uno de los artífices de la crispación política.

Según el 13% de los encuestados, el líder de Vox, Santiago Abascal, es el principal culpable de que predomine la crispación en el ámbito político.

Pedro Sánchez ha recibido el 10,3% de los votos en este sentido, siendo solo superado por el presidente de Vox y por “Todos un poco” como respuesta, que cosechó un 11%.

Lejos de estas cifras se sitúa Pablo Casado, a quien le votaron el 4,8%; seguido por Pablo Iglesias, con un 3,7%.

Resulta llamativo que el president de la Generalitat, Quim Torra, ha sido señalado por más encuestados que el propio Carles Puigdemont (0,8% frente al 0,3%).

Este escenario es bien distinto del que se dibujaba hace poco más de un año. En octubre de 2018, los españoles señalaron mayoritariamente a Casado como el político que más crispa, con un 17,5%.

El líder del PP se sometió a un lavado de cara que le llevó incluso a cambiar su aspecto físico.

El presidente de los populares, al ganar las primarias, recuperó la dirección y los equipos del ala más dura del PP, la aznarista. Su última maniobra bien lo ejemplifica: cesó a Alfonso Alonso y designó a Carlos Iturgaiz como candidato para el País Vasco.

En los primeros meses su dureza trascendía incluso el decoro parlamentario, llegando a insultar en 12 ocasiones en apenas 10 minutos a Sánchez.

Tras los malos resultados cosechados el 28A y visto que no consiguió frenar la sangría hacia Vox, viró la estrategia. Sus postulados son igualmente duros, pero se ha dejado barba y es mucho más calmado en sus intervenciones.