Gandía tiene una revista oficial de su Semana Santa, llamada "Passio". Esta revista, financiada casi en su totalidad con dinero público, ofrece espacio a todas las hermandades que participan en la Semana Santa gandiense y a los miembros de la junta directiva de la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de la localidad valenciana. En ella se encuentra el Abad de la Colegiata local, Ángel Saneugenio, que escribe sus "salutaciones" en la página 23. 

Intolerancia justificada en terceros

El abad no tarda ni dos párrafos en expresar su preocupación por lo que él denomina "la ideología de género" y cita a un supuesto "colegio americano de pediatras" que habría afirmado que "nadie nace con género. Todo ser humano nace con sexo biológico". Olvídense de la Semana Santa. Esto es lo que de verdad preocupa al Abad, que en el párrafo siguiente vuelve a esconderse detrás de otros para expresar su opinión: para Saneugenio la ideología de género es "lo que algunos expertos en la materia no han dudado en calificar como un presunto abuso sexual infantil".

Lejos de rechazar la opinión de esos "expertos" no citados, el abad abraza con fuerza esa opinión y argumenta que enseñar a los menores de edad a no discriminar la transexualidad es "alterar la sexualidad de nuestros niños" y añade, con total tranquilidad, " Si el Estado hace adoctrinamiento en la escuela estará cometiendo un abuso sexual", una frase que no se refiere a la enseñanza de la religión católica, sino a la enseñanza contra los prejuicios que causan que niños y adolecentes LGTB tengan un 80% de posibilidades de sufrir acoso y que la probabilidad de que estos niños y niñas se suiciden sea un 30% mayor

Anécdotas muy cuestionables

El prior cree que educar a los menores en la "ideología de género" supone darles a entender "que el sexo cada uno lo puede elegir". Y comenta que un padre de familia francés le contó horrorizado que su hijo quería ser niña porque se lo habían enseñado en el colegio

Acaba el abad su artículo -sobre algo que no es la Semana Santa-, diciendo que estas enseñanzas atentan contra la libertad religiosa, no se sabe por qué, y solicitando a los cófrades que "no se sometan" y que miren a Jesucristo, del que no constan palabras contra las personas LGTB, por cierto.