Albert Rivera es consciente de que hechos son amores y no buenas razones, por los que ha aprovechado la coyuntura del órdago secesionista para ponerse manos a la obra y demostrar al Partido Popular que ahí están los naranjas para apoyarles. No importa cuántas veces los populares violen su acuerdo de investidura, cuantos sapos se haya tenido que tragar el líder de Ciudadanos o que el PP rehusara apoyar la moción de censura de los naranjas al Govern. Rivera es un hombre de Estado y ha vuelto a demostrar que, en situaciones críticas, Rajoy puede contar con su complicidad.

El presidente de la formación naranja brindará a Rajoy un nuevo espacio en el Congreso de los Diputados que hará las veces de mitin. A pocos días del referéndum del 1-O, Rivera gastará una pregunta de la sesión de control en cuestionar lo siguiente: “¿Qué valoración hace el Gobierno de la situación actual de Cataluña?”. Una pregunta que no será más que el preludio de un turno de Rajoy que estará marcado por un argumentario que el Partido Popular ha esgrimido hasta la saciedad: la Ley es la Ley y hay que cumplirla.

La cita del 1-O se acerca inexorable y, conforme avanzaban los días, la tensión aumentaba. A principios de septiembre las fichas comenzaron a moverse en el tablero político, y la pasada semana la tensión entre facciones se acentuó con las detenciones en el marco de la Operación Anubis así como con los recursos de la Fiscalía, querellas, declaraciones de alcaldes… Con este escenario como telón de fondo, Ciudadanos elevó al pleno del Congreso del pasado martes 19 de septiembre una Proposición No de Ley cuyo único fin era fotografiar el respaldo del Hemiciclo a la gestión de Mariano Rajoy en Cataluña: “Manifestar nuestro apoyo al Gobierno de España, al Tribunal Constitucional, al Ministerio Fiscal y al resto de representantes del Poder Judicial y de Autoridades Públicas, en la defensa de la legalidad democrática en Cataluña y, en particular, en todas aquellas medidas que sean necesarias y adoptadas de manera proporcional para impedir la organización del referéndum de secesión de Cataluña”, rezaba la iniciativa. Pero a Rivera le salió el tiro por la culata

El Congreso tumbó la medida presentada por Ciudadanos con 158 diputados a favor y 166 en contra. Los naranjas y el PP votaron favorablemente, no así PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCat y PNV. Los socialistas fueron los que decantaron la balanza ya que, a pesar de situarse del lado del Ejecutivo, subrayan la necesidad de atajar el desafío soberanista por la vía del diálogo. El Grupo Parlamentario Socialista presentó unas enmiendas a la PnL para incluir que se debía apostar por una salida “pactada y legal”, pero no gustó a Rivera.

 Pero el líder de Ciudadanos no se rinde y, esta vez, no es una iniciativa para apoyar a Rajoy, sino que será una pregunta cóncava que le brindará al presidente del Gobierno unos minutos de gloria en el Congreso de los Diputados.