"Cuando los ciudadanos piden un referéndum porque quieren opinar, la respuesta no puede ser 'tranquilos, no pasa nada, confíen en mi', ¿qué broma es esta?". Así defendía Mariano Rajoy en 2006 la celebración de un referéndum sobre el Estatut de Cataluña. Y añadía Rajoy: "Ante una demanda tan legítima, con un respaldo tan vigoroso", no podía "imaginar que un gobierno democrático la rechace".

Claro, que eran otros tiempos. José Luis Rodríguez Zapatero estaba en Moncloa y la reforma del Estatut fue utilizada por el PP como caballo de batalla contra el Gobierno socialista. Para avalar su propuesta de referéndum llevó al Congreso la polémica recogida de firmas contra el mismo