Llega el final del año y empezamos a hacer esos artículos sobre las mejores series o películas del año. Los críticos se pelean por el primer puesto, las redes sociales se llenan de hilos interminables y las plataformas de streaming ajustan sus algoritmos para decirnos qué ver. Pero, ¿cuáles son las favoritas de Barack Obama? Lo que comenzó como un gesto de cercanía durante su estancia en la Casa Blanca se ha transformado, casi una década después de dejar el Despacho Oval, en uno de los eventos culturales más esperados de diciembre.

La "lista de Obama" no es solo una enumeración de títulos; es una declaración de intenciones, una curaduría exquisita que mezcla el éxito comercial con el descubrimiento independiente y la diversidad global. Este 2025 no ha sido la excepción, y el exmandatario ha vuelto a demostrar que su radar sigue tan afilado como siempre.

Entre la historia, la ficción y el toque familiar

En el ámbito literario, la lista de Obama para 2025 destaca por una profundidad intelectual que alterna entre la biografía rigurosa y la ficción contemporánea más punzante. Encabeza sus recomendaciones Mark Twain, la esperada biografía escrita por Ron Chernow, el mismo autor que inspiró el musical Hamilton. Es un guiño claro a la historia estadounidense y a la complejidad del alma humana, temas recurrentes en el interés del expresidente.

Sin embargo, Obama también deja espacio para las voces femeninas y la diversidad de géneros. Destacan títulos como The Book of Records de Madeleine Thien y la inquietante Audition de Katie Kitamura, una autora que se ha consolidado como maestra del suspense psicológico. Pero, sin duda, el momento más tierno y esperado de la lista es la mención a The Look, el nuevo libro de su esposa, Michelle Obama

La lista se completa con obras de calado social como There is no place for us de Brian Goldstone y We the People de Jill Lepore, demostrando que Obama sigue muy atento a los debates sobre la democracia y la identidad nacional.

Del K-Pop al ritmo de Rosalía y el toque urbano

Si algo define el gusto musical de Barack Obama es su falta de prejuicios. Su lista de 2025 es un auténtico viaje transoceánico. Empezando por el fenómeno global, encontramos JUMP de las reinas del K-Pop, BLACKPINK, lo que demuestra que el expresidente no es ajeno a las tendencias que dominan las listas de Billboard.

Para el público hispanohablante, hay dos sorpresas que han encendido las redes: SEXO, VIOLENCIA Y LLANTAS de la española Rosalía, que sigue expandiendo los límites del pop experimental, y la colaboración EN PRIVADO de Xavi y Manuel Turizo, confirmando que el género regional mexicano y el pop urbano siguen en el centro del consumo global.

El hip-hop, por supuesto, tiene su lugar de honor. LUTHER, de Kendrick Lamar y SZA, se posiciona como una de las piezas centrales de su playlist, junto a nombres como Gunna y el siempre presente Drake con su tema NOKIA. Obama también nos descubre joyas del indie y el soul contemporáneo como Silver Lining de Laufey (la artista que ha puesto el jazz de moda entre la Gen Z) y The Giver de Chappell Roan, la nueva gran promesa del pop estadounidense.

Relatos de resiliencia y crítica social

En la gran pantalla, las elecciones de Obama para este año se alejan de los grandes 'blockbusters' de superhéroes para centrarse en el cine con mensaje y estética cuidada. One Battle After Another y Sinners encabezan una selección que parece priorizar la narrativa sobre el espectáculo.

Llama la atención la inclusión de Hamnet, la adaptación cinematográfica de la famosa novela de Maggie O'Farrell, que explora la vida de Shakespeare a través de la pérdida de su hijo. También destaca Orwell: 2+2=5, un título que resuena con fuerza en los tiempos actuales de desinformación y tensiones políticas.

La lista se cierra con títulos como The Secret Agent y Train Dreams, películas que, aunque quizás no arrasaron en taquilla, han recibido el aplauso unánime de la crítica especializada por su profundidad temática y su riesgo artístico.

¿Por qué nos importa tanto lo que consume Obama?

La pregunta es inevitable: ¿Por qué el mundo se detiene a leer las recomendaciones de un expresidente? La respuesta reside en la construcción de su marca personal. Obama ha logrado posicionarse como el "Jefe Curador" de la cultura occidental. Sus listas no se sienten como un ejercicio de marketing político, sino como las recomendaciones de un amigo culto y cosmopolita que siempre sabe qué disco poner en una cena o qué libro llevarse a las vacaciones.

Además, para los artistas incluidos, aparecer en esta lista supone un "efecto Obama" inmediato: un pico en las ventas, un incremento de reproducciones en Spotify y un sello de prestigio que pocas instituciones culturales pueden otorgar hoy en día.

En definitiva, las recomendaciones de 2025 de Barack Obama nos invitan a salir de nuestra zona de confort algorítmica. Nos dicen que es posible escuchar a Lady Gaga mientras se lee sobre la historia de la democracia, o ver un drama histórico después de haber bailado al ritmo de Rosalía. Es, en esencia, una oda a la curiosidad intelectual en un mundo cada vez más fragmentado.

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