Hasta qué punto un artista es dueño de su obra. No cabe duda que vivimos tiempos convulsos para eso que llamamos derechos de autor y que es un concepto cambiante tanto en el espacio como en el tiempo. Pero no hay duda de que en muchas ocasiones la obra de un artista está lejos de ser su patrimonio.

El extraño caso Young

Porque hay ocasiones en la que esa obra transciende tanto que termina convertida en una especie de patrimonio cultural universal. Es el caso de Neil Young. El músico norteamericano es un raro caso dentro de la industria. Principalmente porque Young ha vivido gran parte de su carrera fuera de esa industria. Dando la espalda a cada requerimiento de las compañías, siempre más cerca de sus fans y su música que del negocio. Aunque tampoco le haya ido mal en este aspecto.

Diez discos en nueve años

Ahora, Neil Young ofrece toda su discografía complemente gratis durante unas semanas. Entrando en neilyoungarchives.com, cualquier puede disfrutar de su obra durante varios días seguidos. De momento, la propuesta se ha iniciado con diez discos, los que abarcan su carrera desde 1963 a 1972. Es sin duda una propuesta rompedora desde varios planos. El primero, el ya comentado industrial. En la era de las descargas y las plataformas de streaming, Young decide exhibir músculo e independencia creando su propia plataforma para expandir su música. Y por otro, estamos ante una muestra más de la personalidad de Neil Young. Siempre un paso por delante de su tiempo. Después de más de cincuenta años de carrera, sigue siendo más vanguardista que muchos autores más jóvenes. Más allá de sus colaboraciones con bandas como Pearl Jam, Young es de los pocos artistas que ha conseguido mantener el estatus de referencias en distintas décadas y con propuestas musicales diferentes.