Hay quien nace con un reloj en la mano y quien, como Marc Seguí, prefiere vivir descalzo sobre la arena del tiempo. Desde Mallorca, entre guitarras prestadas y versos desordenados, empezó a caminar en dirección contraria a la inercia de un mundo que solo sabe correr.

No tengo prisa repite hoy como un mantra en el título de su nuevo disco. Y mientras lo dice, uno siente que no es solo una estrategia: es una forma de vivir la música, la vida, el presente.

PREGUNTA (P): ¿Qué deseas transmitir con este título?

RESPUESTA (R): El título transmite la filosofía que he intentado seguir: no querer saltarme etapas, vivir el presente, darme espacio creativo en una industria que va a toda leche. Quería crear un álbum que envejeciera bien en mi cabeza. Y creo que lo he logrado.

P: ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en la música?

R: La música siempre ha sido parte de mí, pero nunca pensé que podría hacer mis propias canciones. Empecé haciendo covers en redes, ni siquiera los veía yo, me daba mucha vergüenza. Pero un amigo los vio... y a partir de ahí todo empezó a moverse.

P: Todo el mundo recuerda el momento en que escuchó Tiroteo por primera vez. Esa mezcla extraña de melancolía, verano y derrota luminosa que, sin pedir permiso, se instaló en la cabeza de una generación. ¿Qué significó para ti ese éxito?

R: Sabía que Tiroteo era una gran canción, sabía que tenía algo especial… pero tanta repercusión, eso nunca te lo imaginas. A día de hoy sigue funcionando muchísimo, y han pasado tres o cuatro años.

P: Y de repente, Rauw Alejandro —estrella mundial del reguetón— se cruzó en tu camino con un mensaje en Instagram.

R: Fue mágico. Estaba en casa y de pronto Rauw empieza a subir historias cantando Tiroteo. Luego vino el videoclip… todo fue como un sueño. Me lo tomo como un empujón muy fuerte en mi carrera y lo único que hice luego fue seguir haciendo la música que me gustaba.

P: ¿Cómo llevas esa relación con las redes y qué papel juegan en tu carrera?

R: Si por mi fuera, solo haría música y no me encargaría de absolutamente nada más. Pero me he tenido que poner las pilas. Ahora intento tener una rutina de publicaciones para mantener activa a la gente, aunque me cueste.

P: ¿Alguna anécdota que recuerdes con fans?

R: Hace poco en México una niña me contó que había intentado suicidarse varias veces… y que cuando se despertó en el hospital, empezó a escuchar mi música y desde entonces no lo ha vuelto a intentar. Es algo bonito, pero también da mucho vértigo. Pone una responsabilidad enorme sobre ti.

P: Además del nuevo disco que acaba de salir el 28 de marzo, ¿se viene algo más? ¿Algún proyecto que puedas anunciar?

R: De momento el nuevo disco. Por favor, no quiero saber nada de lo siguiente. Llevo mucho tiempo haciéndolo, preparándolo. Ahora hay que preparar el directo del nuevo disco y de momento poco más.

Marc Seguí Studio

P: ¿Algunas fechas que puedas ya desvelar?

R: Creo que la semana que viene daremos fechas, pero bueno, vamos a estar en MallorcaMadrid, Valencia, Barcelona. Creo que de momento vamos a anunciar esas y luego iremos anunciando más. Pero también ir a México dentro de poquito y a seguir ahí.

P: ¿Te sientes cómodo posicionándote públicamente en temas sociales o prefieres mantenerte al margen y que tu música hable por ti?

R: Si en algún momento sintiera que tengo que decir algo en voz alta, lo diría. Pero tampoco quiero marrones. Yo quiero llegar a casa tranquilo, hacer música y que me dejen en paz.

P: ¿Cuál dirías que ha sido la lección más dura o importante que has aprendido en este camino?

R: La decisión más dura que he aprendido es valorar más lo que tengo. Al principio iba todo tan rápido que no apreciaba nada. Ahora trato de decirme cada día: ‘eres muy afortunado’. Dentro de veinte años, miraré atrás y sabré que estaba viviendo algo increíble.

P: ¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando ahora en la música y sueña con llegar donde tú estás?

R: Que no sueñen con llegar a ningún sitio. Que hagan música por disfrutar. Que no miren a los lados, que escuchen lo que llevan dentro. Y que llamen a muchas puertas. Muchas, muchas puertas.

Mientras el mundo grita, compite y se consume en sí mismo, Marc Seguí sigue ahí, calmado, bebiendo litros de agua en el estudio y escribiendo música para los que todavía saben escuchar. No quiere prisa. No quiere guerra. Solo quiere canciones. Y, a veces, con eso basta.