En "Una revelación brutal", la escritora canadiense Louis Penny indaga en los secretos y las mentiras de unas apacible comunidad en las montañas de Quebec con una novela policíaca que es algo más que una mera investigación.
Three Pines es una localidad apacible en Quebec. Sus habitantes parecen conformar una especie de familia. Todos se conocen, hay confianza entre los vecinos. Un típico lugar en el que nunca pasa nada, y menos aún violento o de índole criminal. Y cuando sucede, el impacto, como es de esperar, es enorme.
En Una revelación brutal, quinta entrega protagonizada por el inspector Armand Gamache, publicada en 2009 por la escritora canadiense Louis Penny, un hombre desconocido en la localidad aparece asesinado. En apariencia, podría ser un vagabundo, pero las primeras investigaciones apuntan a algo más. También evidencian que entre los habitantes de tan idílico emplazamiento entre las montañas, se esconden muchos secretos. Que bajo su impoluta apariencia hay algo más.
No es el planteamiento de arranque de Una revelación brutal el más original dentro del género, quizá porque el policiaco gira y gira sobre una serie de elementos ya muy perfilados. Pero sí es meritoria la capacidad de la escritora para desplegar alrededor de la investigación un conjunto humano y paisajístico que es tanto complemento y parte de la trama criminal como un elaborado trabajo de personajes y situaciones. Penny nos va introduciendo en Three Pines para poco a poco ir convirtiendo un lugar bucólico y apacible en un espacio de mentiras y de secretos, sombrío e incluso peligroso. El muerto, un hombre que nadie conocía, viene a ser el detonante, junto con otros elementos que con audacia Penny sabe cuándo sacar a la luz, de ese desenmascaramiento. Porque, como quizá no podría ser de otra manera, al final lo que aparece tras estos personajes, sean o no culpables de algo, es la doble cara del ser humano, ese lugar oscuro que no siempre es revelado y, cuando lo hace, es brutal, como indica su título.
Penny se presenta como una buena narradora a pesar de que en la novela hay pasajes que apenas aportan algo a la historia, reiterativos, o simplemente accesorios. Pero la prosa de la escritora canadiense brilla por su capacidad descriptiva de los personajes y por cómo va modulando éstos; por el trabajo ambiental y contextual del paisaje cuya presencia va derivando de mero decorado a casi un estado de ánimo que condiciona el desarrollo de la trama. La trama criminal engancha desde el principio pero tiene altibajos, en cierta medida porque el resto de elementos que conforman la novela acaban siendo casi más interesantes que la resolución final, como lo son la cotidianidad de los personajes, sus interrelaciones, sus conversaciones, en apariencia anodinas, pero llenas de sentido.
Una revelación brutal se erige como una buena novela criminal que no se detiene en el desarrollo policiaco y busca entregar al lector mucho más, jugando con elementos muy diversos que van combinándose para hacer de la lectura de la novela de Penny una grata experiencia y esperar que se publiquen el resto de novelas alrededor del detective Gamache, personaje que parte del prototipo pero acaba poseyendo una gran personalidad.