Poeta, ensayista, sacerdote y amante del cosmos, Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) viene de obtener el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2025 por su poemario Las hojas, la brisa, y la luz danza las sombras. Tras guardar un voto de silencio durante siete años, considera que “la falta de asombro es uno de los grandes problemas del ser humano actual”. En paralelo a la salida de la obra galardonada, publica también el ensayo La pasión por lo posible, centrado en el pensamiento místico de Nietzsche.

Mújica ofrecerá una lectura de poemas y algunos fragmentos de su biografía el próximo lunes 3 de noviembre, a las 19:30h, en la sala de Ámbito Cultural en El Corte Inglés de Callao (Madrid), dentro del ciclo #LdeLírica, que coordina el poeta y gestor cultural Gonzalo Escarpa. El poeta argentino intentará acercar a los presentes a su idea de que “hoy en poesía busco algo que celebre la vida”.

Cartel intervención de Hugo Mújica en el ciclo #LdeLírica

Las religiones están pasando; lo cósmico será el nuevo renacimiento espiritual

P. ¿Qué ofrecerá en #LdeLírica?
R. Leeré poemas de distintas etapas, también algunos del nuevo poemario Las hojas, la brisa, y la luz danza las sombras. Igual leeré fragmentos de mi biografía. Creo que será un encuentro especial.

P. ¿La poesía puede llegar a ser una expresión de pureza?
R. La pureza no existe, pretenderla sería una intención falsa. Lo absoluto es falso y peligroso. En poesía puede haber una pretensión estética cercana a una determinada búsqueda, pero existe lo híbrido, la poesía que atraviesa formas, sensibilidades. Todo híbrido, nada puro.

P. ¿Una idea que se pretende pura es la base de todo enfrentamiento?
R. Así es, porque nos ubica en dos polos y eso nunca trae nada sano.

La nada, lo que no se explica, es el silencio

P. ¿Qué es el silencio?
R. El silencio es la nada, puede estar reflejado en una palabra, también en una imagen. Palabra y silencio pueden estar en un mismo movimiento. La nada, lo que no se explica, es el silencio.

P. ¿El ruido y el dogma nos alejan de la espiritualidad?
R. El ruido es una realidad en el mundo que tenemos, el dogma también. Pero mi decisión es personal, puedo irme al campo y asumir otra forma de vida. La vida interior no está disociada de la externa. El ruido y la velocidad del mundo es una realidad que, por ahora, no va a cambiar. ¿Cómo nos enfrentamos a una dinámica que va en aumento? La respuesta la tiene el individuo.

Edgar Borges y Hugo Mújica en un momento de la entrevista

 

La sociedad ha perdido la inocencia en la mirada

P. ¿La falta de asombro nos robotiza?
R. Claro, la sociedad ha perdido la inocencia en la mirada. Los viajes se hacen por hacerlos, no para descubrir la realidad de los lugares. Se viaja, se ve un determinado paisaje y da igual si es de un sitio u otro; si nada impacta a la mirada del viajero no hay asombro. Ya pocas experiencias nos asombran, la costumbre ha llegado a todos los niveles. En la ciencia hay asombro, el cosmos es el único lugar de asombro.

P. ¿El cosmos como el punto de encuentro más allá de todos los dogmas?
R. Sí, estar ante el cosmos es sentir el apabullamiento ante la grandeza infinita. Es lo sublime que lo expande a uno. Creo que las religiones están pasando, creo que vamos a un neopaganismo. Más allá de ir hacia la naturaleza, es ir hacia lo cósmico; ahí vendrá un renacimiento espiritual.

P. ¿Poesía, silencio y cosmos?
R. Es un camino.

P. ¿Qué queda del Estados Unidos que usted vivió en los años 60 del siglo pasado?
R. Más allá de todo lo que sabemos que actualmente es Estados Unidos, Nueva York me sigue cautivando. Hace poco fui y me volvió a enamorar la grandeza de su estructura, la ciudad con sus exageraciones. Hacía tiempo que no la visitaba y la fascinación por Nueva York sigue viva en mí.

P. ¿Le gusta la humanidad actual?
R. Es difícil precisar la respuesta porque la humanidad es algo muy grande y, en cierta forma, desconocido. Solo nos llega lo negativo, la noticia que genera prejuicios. No conocemos todo el bien que se hace en el mundo, solo se difunde lo que nos daña. Es mucha la gente que no te empuja en la calle, pero eso no interesa. Se asume como normal que alguien no te empuje, que otro no te dañe, pero si alguien lo hace, eso sí llama nuestra atención. Cuando hacemos el bien no se destaca, pasa desapercibido; solo es noticia aquello que rompe la armonía.

P. ¿Lee novelas?
R. Muy poco, a veces descubro un autor que me interesa, pero leo muy pocas novelas. Los clásicos me siguen cautivando, claro.

P. ¿La poesía es el nivel más alto del arte?
R. Creo que es la música (risas).

P. ¿La poesía sigue siendo una revelación?
R. Lo sigue siendo cuando me dice algo que me mueve. Busco poesía que celebre la vida; de lo malo ya sabemos mucho, hoy busco algo que me haga sentir en armonía con la existencia.