El dramaturgo catalán incursiona en la novela con Bruna (Huso), una historia que ha imaginado como un homenaje a las mujeres de su infancia

PREGUNTA.- ¿Por qué Bruna?
RESPUESTA.- Tenía el deseo de incursionar en la narrativa y explorar posibilidades intrínsecas del género que no están al alcance de la dramaturgia que es lo que había hecho hasta entonces.

Una vez decidido a escribir una novela tuve claro que la quería situar en la ciudad de Barcelona, mí ciudad natal, y que la misma debía de ser un personaje omnipresente. Eso me daba un marco geográfico e histórico que me es familiar, aunque como se puede imaginar, tuve que complementarlo con mucho trabajo de investigación.

La razón de ser de una novela escrita en primera persona acerca de la vida de una mujer es un homenaje particular a las mujeres que desde mi infancia hasta hoy en día han estado a mi lado y han sido grandes maestras de la vida. Bruna no es ninguna de ellas, pero no la hubiera podido concebir sin el amor y enseñanzas que me regalaron las que ya no están y que me siguen regalando las que todavía viven.

P.- Dice la nota de la editorial que su novela da como resultado una crónica emocional de la realidad de España durante gran parte del siglo XX. ¿Cómo explicaría usted este argumento?
R.- Bruna es la historia de vida de una mujer que nació en Barcelona a finales de la I Guerra Mundial y vivió alrededor de sesenta años. Su existencia se vio afectada por los acontecimientos personales y sociales que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo, tal y como sucede con la vida de cualquier persona. Ella pertenece a un lugar y tiempo determinados, a una sociedad que está en continua transformación y, por ende, ella se ve afectada y también se transforma.

Al recorrerlos, expongo de forma cronológica eventos importantes de la historia de Barcelona, Catalunya y España, sus causas y su repercusión en la sociedad ya que, a mí entender, contar una historia correctamente significa establecer por qué, cómo y cuándo se llega a determinada situación y cuáles son las consecuencias tanto emocionales como prácticas para quienes la viven.

En consonancia a ello, la nota editorial es correcta.

P.- ¿Qué encontrará el lector en su libro distinto a otros que por estos días narran historias de mujeres?
R.- Es una novela de personajes ficticios enmarcados en un lugar y un tiempo reales. Los personajes protagónicos son personas con las que podemos identificarnos, entender sus pensamientos y emociones porque son como usted, como yo o como otras personas que han pasado por nuestras vidas. Son personajes que generan empatía. Los vemos evolucionar y transformarse tanto porque van madurando con los años como por todo lo que les sucede, y seguimos identificados porque comprendemos perfectamente sus pensamientos y emociones. Creo que los personajes de la novela terminan siendo “uno de los nuestros o nosotros mismos”.

Lo más definitivo de la novela o, dicho de otra manera, lo que le deja al lector por encima de todo, es a una mujer, Bruna, a la que a mí se me hace imposible no amarla. Su vida es una montaña rusa con algunos episodios desgarradores que van más allá de lo que es aceptable vivir. Descubrir como esa mujer los afronta cargada de tanto aplomo como de dudas y miedos nos hace amarla y darnos cuenta qué, en comparación, la mayoría de nosotros goza de una vida que es un caramelo por mucho que nuestros problemas se nos hagan una montaña.

Bruna, ella, es un tratado de humanidad y filosofía. 

Puedo decirle que la creé yo, pero la maestra es ella.

P.- ¿Concibe el arte como una forma de denuncia?
R.- No.

Matizando un poco y de forma simplista, concibo el arte como una sublimación estética de la emoción, el raciocinio, la cultura y la civilización,

Es tan amplío que ofrece mil y una avenidas por donde transitar y una puede ser la denuncia de determinada situación o comportamiento, pero eso es una decisión personal del autor y una característica particular de la obra y no del arte por definición.

En el caso de Bruna, expongo hechos y comportamientos tan terribles que, por el hecho de exponerlos, conllevan la denuncia de estos, pero el objetivo de la novela es contar una historia con la que el lector se entretenga, con personajes con los que pueda identificarse sin ningún requerimiento preestablecido de género, condición o creencia afín. Y puestos a pedir, que al terminar salga enriquecido personalmente de alguna manera.

Si mi objetivo final fuera la denuncia, escogería el periodismo informativo como medio antes que cualquiera de las artes.

P.- Con relación al machismo, ¿qué seguimos haciendo mal como sociedad?
R.- No tengo nada que ver con el machismo, la violencia de género o cualquier comportamiento que denigre o atente contra la integridad de las mujeres de la misma manera que no quiero tener nada que ver con ese feminismo, para mí mal entendido, que define a los hombres como maltratadores empedernidos por el mero hecho de ser hombres. Soy una persona evolucionada que habita en un cuerpo de hombre y que hubiera podido nacer habitando un cuerpo de mujer. Si fuera mujer, en esencia seguiría siendo yo, la persona. 

Dicho esto, creo que se han establecido posturas que carecen de sentido común, de inteligencia e incluso de buena voluntad. Alguien proclama una barbaridad y al día siguiente aparece un ejército de seguidores que no se han tomado el tiempo de pensar si tiene sentido o veracidad alguna lo escuchado y parece que cuanto más reaccionaria sea la proclamación, más adeptos gana. Incluyo en esto tanto a hombres como mujeres. Y no solo hay maltrato físico por parte de los hombres, también hay mujeres que maltratan a sus hijos. Del maltrato emocional por parte de hombre y mujeres ya ni quiero hablar.

La novela hace referencia al machismo y al maltrato porque la protagonista lo sufre en carne propia, pero dejo cualquier postulado al respecto a cargo del lector.

El personaje que creé es una mujer inocente que no es ingenua, es valiente pese a todos sus miedos y saca su vida adelante con aplomo y sin perder jamás su dignidad ni traicionar a su ética, sabe alzar la voz cuando es necesario, sabe bajar la cabeza si no hay más remedio por puro instinto de supervivencia y, en todo momento, destila feminidad bien entendida. En cuanto al machismo en particular, es consciente del mismo, lo rechaza y lo combate con autoridad de forma natural.

Bruna admira a las buenas personas que son mujeres porque sabe perfectamente lo que implica ser mujer y admira a las buenas personas que son hombres porque es capaz de imaginar bien lo que implica ser hombre. Eso sí, distingue muy bien a las buenas personas de las que no lo son y sabe perfectamente que eso no tiene nada que ver con ser hombre o mujer, ser originario de un lugar o de otro, ser rico o ser pobre, ser religioso o no serlo, ser de izquierdas o de derechas, o ser distinto sea cual sea la diferencia.

Que le haya tocado vivir todo lo que le tocó vivir es porque así fue, porque la vida no siempre es amable. Lo vivió de una manera ejemplar y creo que es una persona inspiradora para hombres y mujeres por igual. A mí, meterme en su piel me enseñó muchas cosas y recurro a ella a menudo cuando las cosas no vienen bien, leer a Bruna siempre me ubica, me da fuerza y me llena de esperanza.

P.- ¿Su prosa ágil y carente de artificio se debe a su condición de dramaturgo?
R.- El lenguaje que utilizo es el del personaje, la novela está escrita en primera persona. Es coloquial y carece de artificios porque ella no es artificiosa.

Dicho lo anterior, puedo añadir que escribo sin paja, sin ejercicios lingüísticos complicados y sin palabras que obliguen al lector a leer en compañía de un diccionario, de manera que resulta en una prosa ágil de lectura fácil. Yo cuento una historia, creo los personajes y trato de hacerlo de una manera sencilla, con un mínimo de palabras escritas y diciendo mucho entre líneas. Escribo considerando al lector como el intérprete de la obra de la misma manera que en una composición para piano considero al pianista, y le dejo todo el espacio posible para que haga su propia interpretación.

P.- ¿Vendrán nuevas novelas o nuevas obras de teatro?
R.- Sí, vendrá literatura, dramaturgia y música. En este momento lo estoy trabajando, pero no puedo dar más detalles.