Nos encontramos con María Zaragoza (Campo de Criptana, 1982) en un edificio histórico de Gran Vía en el que vivió Víctor Hugo, uno de sus héroes literarios, con quien entró en contacto por primera vez a los 14 años, cuando se adentró en la lectura de 'Los Miserables' porque era el libro más gordo de la biblioteca. "Soy una apasionada de este hombre, que se levantaba a las cuatro de la mañana a escribir, a ver si me despierta en mitad de la noche para decirme: 'Te paso poderes'", bromea la autora en el transcurso de una entrevista con motivo de la publicación de su última novela, 'La fábrica de ángeles' (Planeta), un thriller histórico que nos lleva al Madrid de los felices años 20.
'La fábrica de ángeles' retrata el Madrid nocturno de los cabarets, espectáculos picantes, bailarinas exóticas y travestidos que imitaban a las vedettes,un Madrid transgresor y vanguardista que soñaba con un futuro luminoso. La protagonista, Adoración Venecia, es una bailarina y empresaria que convierte un "local chusco" en un teatro afrancesado, capaz de reunir a las clases bajas y altas en torno al espectáculo. Todo se quiebra cuando una de sus cantantes aparece muerta en el escenario, en una escena tan dantesca como inquietante: una mujer destripada, pero sin una gota de sangre.
Pone los pelos de punta pensar en lo que pasaba en 1925 y lo que está pasando ahora, cien años después. Estamos repitiendo algunas cosas
Inspirada en figuras como Carmen Tórtola Valencia y otras artistas centroeuropeas, Adoración encarna la rebeldía de unas mujeres pioneras que, hace un siglo, desafiaron al patriarcado desde el escenario a través del movimiento Nackttanz. “Pone los pelos de punta pensar en lo que pasaba en 1925 y lo que está pasando ahora, cien años después. Estamos repitiendo algunas cosas”, advierte la autora. Entre supersticiones, espiritismo y crimen, Zaragoza define su novela como un “mystic thriller histórico feminista”, un género híbrido que bebe tanto de la historia como de lo insólito.
Más allá del retrato de época, la escritora traza puentes con la actualidad. Señala el auge de discursos reaccionarios y la política de la cancelación como síntomas de un clima social que recuerda demasiado al pasado: “Cuando gobierna el miedo ascienden los abusones, porque la gente cree que los pueden proteger y no es verdad”. Frente a ello, Zaragoza defiende el poder del diálogo y la libertad: “Nunca se ha arreglado nada prohibiéndolo, jamás, en ningún momento de la historia”.
PREGUNTA.- ¿Qué vamos a encontrar en 'La fábrica de ángeles'?
RESPUESTA.- Siempre me ha fascinado el mundo del espectáculo. En el Madrid de los años 20 había un cancaneo increíble y es muy poco conocido, a diferencia de los cabarets de Barcelona. Era la época de la sicalipsis, con espectáculos picantes, bailarinas exótica, travestidos que imitaban a las bailarinas. Ese mundo de colorín nocturno, muy ligado a las vanguardias y a la vida intelectual de la época, a pesar de haberse considerado un género ínfimo, siempre me ha encantado. Así surgió Adoración Venecia, una bailarina exótica que investiga danzas tribales para su espectáculo y baila completamente desnuda. Aunque es de familia española, se ha criado en la Austria de antes de la Primera Guerra Mundial y ha viajado por todo el mundo. A su alrededor hay una gran mitología, como siempre pasa con estas señoras.
Me apetecía también hablar de esas mujeres empresarias de la época. Ella tenía un teatro de variedades chusco, al que le da la vuelta y lo convierte en un local afrancesado, que une a las clases bajas y a las más altas porque todos quieren ver espectáculo. Así, hasta que un día una de sus cantantes aparece muerta, destripada en el escenario, cuando el gerente da las luces. Es una escena completamente dantesca, pero sin una gota de sangre.
Adoración Venecia es un personaje que está basado en la vida de bailarinas y coreógrafas legendarias
P.- ¿Para dar vida a esta mujer empresaria, te has basado en algún personaje real?
R.- Adoración Venecia es un personaje que está basado en la vida de bailarinas y coreógrafas legendarias como Carmen Tórtola Valencia, no solo españolas también centroeuropeas. El personaje principal está muy ligado a la caída del imperio, tras la Primera Guerra mundial y todo lo que empieza a moverse en ese periodo, el antisemitismo y todo lo que vino después. Su mejor amiga es una médica judía, a la que se ha llevado por toda Europa como médico de la compañía. Tiene cosas principalmente de Tórtola Valencia, un personaje que me descubrió mi gran amigo Antonio Gala, por cierto. También tiene cosas de unas bailarinas centroeuropeas, que formaron un movimiento vanguardista, unas liberadas sexuales que hacían espectáculos completamente desnudas para protestar por el carácter conservador patriarcal de Europa. Pone los pelos de punta pensar en lo que pasaba en 1925 y lo que está pasando ahora, 100 años después. Estamos repitiendo algunas cosas.
Entonces, había gente que creía que se habían conseguido un montón de derechos, pero otros veían un giro conservador y por eso protestaban.
Cuando gobierna el miedo ascienden los abusones, porque la gente cree que los abusones los pueden proteger y no es verdad.
P.- ¿A qué te refieres en concreto cuando hablas de que se están repitiendo cosas?
R.- El giro conservador tras tener la sensación de que ciertas cosas están asentadas se está repitiendo, no exactamente igual, pero está pasando. La metodología es distinta, pero lo que está ocurriendo se parece mucho. Si miramos al pasado nos preguntamos: '¿Cómo es posible que esto sucediera?' Sin embargo, todo puede volver a girar hacia lo que yo llamo el mundo del miedo. Cuando gobierna el miedo ascienden los abusones, porque la gente cree que los abusones los pueden proteger y no es verdad. Para nada. Si algo no soporta Adoración Venecia es a los abusones. Esto lo yo lo tenía muy claro que tenía que marcarlo porque estamos viendo a los abusones subir al poder.
P.- ¿Crees que la sociedad de ese Madrid de los años 20 que describes en la novela es más permisiva en algunos aspectos que la actual?
R.- El mundo del espectáculo siempre ha sido un poco particular. Desde que se ha democratizado la opinión sobre cualquier persona pública, es decir, se hace público también su entorno privado, hay mucha menos tolerancia porque se piensa que todos tenemos derecho a opinar sobre aquello que se ha convertido en un producto. Por eso da la sensación de que hay menos libertad, pero es solo una sensación. Hoy en día tenemos libertad para decir lo que queramos.
P.- Sin embargo, la política de la cancelación está ahí. Muchos posiblemente se autocensuren en sus opiniones.
R.- Yo tengo mucha fe en que la gente se dé cuenta de que lo que intentan con la política de la cancelación no funciona. Nunca se ha arreglado nada prohibiéndolo, jamás, en en ningún momento de la historia. Eso también atañe a las personas, si prohíbes o cancelas a una persona, no vas a arreglar ni lo que ha hecho ni lo que ha dicho. Si es ilegal, hay unos métodos para encauzarlo y si no lo es, podemos cuestionarnos cosas. Pero la persecución no lleva a ningún sitio. El linchamiento no lleva a ningún sitio, porque lo que haces ese segregar, dividir, o sea, todo lo que vaya contra el diálogo es malo. Hay una sensación provocada por todo esto que creo que es artificial, todos estos globos suben y luego se diluyen.
Las personas del mundo del espectáculo no eran el producto, es decir, el producto era el espectáculo, y tenían cierta cancha para para vivir un poco a su manera. Unos eran más libres, otros menos, había de todo, pero convivían. No es fortuito que, años después, las niñas que querían dedicarse al espectáculo y parecer decentes siempre fueran con su madre.
Yo describiría la novela como un mystic thriller histórico feminista
P.- ¿Cómo calificarías la novela? ¿Novela de aventuras, novela histórica, thriller?
R.- Estoy encantada porque han inventado el término: mystic thriller, que es el el género de moda, crímenes y misterio con un componente insólito, lo extraño. Los años 20 fueron una época muy supersticiosa, se creía en la magia y había una tradición fantástica que yo intento reflejar en la novela. La historia que cuento de que Santiago Ramón y Casal hacia sesiones de espiritismo para destapar a las espiritistas y ponerlas un poco en evidencia está documentada. Este señor tenía un afán científico por analizar el tema y también era muy aficionado a los cuentos de terror. Eso no era raro, había una afición enorme por lo místico, lo raro y el terror. Yo lo describiría como un mystic thriller histórico feminista.
P.- ¿Qué lecturas recomendarías para este verano?
'La Toffana', de mi queridísima Vanessa Montfort, que tiene un ritmo impresionante y habla de unas mujeres increíbles que hacen unas cosas pasmosas. Es admirable como consigue dar un ritmo moderno a algo que sucedió hace siglos.
Me gustaría también recomendar los libros de Eolas Ediciones, de la colección 'Las puertas de lo posible'. Son relatos para adultos en los que un elemento insólito cambia todo de repente. En concreto tienen dos de Ana Martínez Castillo y uno de Gemma Solsona, que a mí personalmente me han parecido muy interesantes.