En el trazo pictórico de Carmen Selma hay una expresión muy marcada que nos inquieta. No sabríamos decir muy bien por qué pero esos personajes que pueblan las escenas y que nos miran directamente, nos incomodan. El trabajo de Selma, que podemos ver expuesto en la galería de arte madrileña A ciega, conjuga magistralmente dos cuestiones: el conocimiento profundo de la pintura misma y sus posibilidades, y la reflexión sobre lo que culturalmente nos conforma como individuos en la sociedad, como seres sociales, como comunidad.

©Carmen Selma

Lo interesante del abordaje que Selma hace es su propia posición: crítica pero a la vez comprometida en reconocer aquellos ritos y tradiciones que forman parte de nuestra historia, en no perder la memoria, reivindicarla para entender mejor cómo somos hoy y en cómo podemos ser mañana. La reminiscencia de Goya es evidente, tanto en la pintura como en las ideas que la nutren, pero también se vislumbran referencias a pioneras como Paula Modersohn – Becker, precursora del Expresionismo alemán, ignorada por ser mujer. Y es que este es otro hecho diferencial en esta exposición: las mujeres que trabajan pintura siguen siendo dignas de admiración y reconocimiento. Una tradición como la pictórica, cargada de siglos de historia patriarcal, es tomada por mujeres como Modersohn – Becker o Selma para darle un nuevo sentido, subvertir su exclusión masculina y hacernos reflexionar como sociedad

Los inservibles ©Carmen Selma
Retratos de grupo o individuales, escenas de familia, procesiones religiosas y populares, celebraciones, desnudos… el amplio imaginario de Selma está plagado de nuestra historia y de nuestra idiosincrasia, de una forma magistralmente expresiva, sugerente, crítica. Los espíritus del pasado con toda su presencia toman la sala de exposiciones. A partir de aquí, la reflexión es labor de cada uno de nosotros.
 
“El color también esconde sus sombras, (mi) pintura preñada de polisemia”. Exposición de Carmen Selma en la Galería de Arte A Ciegas (Calle Dos Hermanas, 5, 28012 Madrid).