Igual que también hace años era muy popular llevar en la parte frontal interior del vehículo unas fotos de los hijos con una leyenda que decía “papá no corras”, hoy deberíamos ampliar y poner además “… y no contamines”. Si debían los conductores no correr pensado en sus hijos y cómo quedarían si tuviesen un accidente, una llamada a lo más emocional. Ahora, al añadir la petición de no conducir contaminando se debería de actuar igualmente, contaminar es afectar nuestra salud y el medio ambiente actual y condicionar mucho la salud, calidad de vida y el entorno de las futuras generaciones.

Pero algunos no consideran eso importante, ya sabemos que el coche es la mayor expresión de un cuñado ambiental frente a la sociedad. Pensar en uno mismo, sin importarle de los demás nada, excepto lo que podamos aparentar sobre ellos. Cuñadismo en esencia pura.

Recordarán ustedes que hace años era habitual escuchar en la ciudades unas motos tremendamente sonoras con un tubo de escape que hacía un gran estruendo, estaban trucadas muchas de ellas, la pretensión era aparentar tener una moto de mucha mayor cilindrada que la que realmente se tenía, llegando al extremo de trucar a motocicletas tipo Vespino para que la gente pensase que se manejaba una moto de gran cilindrada. Esos adolescentes moteros de la apariencia crecieron y hoy son cuñados. Pero la mentalidad no creció, lo que los demás pensaran sobre el coche que uno tiene ahora, y la moto que tenía entonces, era y es realmente lo que importaba. Sin embargo la sociedad si ha sufrido una evolución en positivo, ya no consideramos que quien tiene un coche grande o que hace ruido con mucho esfuerzo del motor es una persona fuerte, viril y con mucha fortaleza, sino que cada vez es cada vez más rechazado, ridículo, molesto y a veces es lo consideramos un macarra de la carretera.

Porque realmente si la sociedad comienza valorar algo es a aquellas personas que sean coherentes con los demás, el planeta y con la salud del conjunto de la sociedad. Esto es incompatible con ser un macarra al volante o un cuñado ambiental. Yo valoro mucho más a quien tiene esos criterios como valores, frente a quien trata de aparentar que es poderoso y fuerte, cuando en realidad las apariencias, como dice el dicho, engañan.

El perfil de estos mal usuarios del coche e insolidarios se percibe en otros aspectos no ambientales, sino de puro civismo: aparcan en doble fila para ir al bar, usan el coche para el más mínimo desplazamiento, paran donde les da la gana (eso sí, poniendo las luces de avería) y, esto me molesta muchísimo, aparcan en las plazas de discapacitados porque solo es un momento. Todos nos hacemos una idea y sabemos además que si les decimos algo no rectificaran y nos llevaremos una contestación grosera. Viven de la paciencia de los demás.

El resto, la inmensa mayoría debemos actuar de otra forma. Debemos revisar el uso que hagamos del vehículo para utilizarlo solamente cuando sea necesario, no para ir hasta el bar y aparcar en doble fila. Un paseo es muy saludable y el sabemos que 80% de nuestros desplazamientos lo hacemos en distancias inferiores a 2 km. 

Se recomienda siempre revisar y mantener correctamente el vehículo, porque revisar la combustión en aquellos vehículos de motor de combustión supone tres grandes ventajas: una mayor duración del propio vehículo, un gran ahorro económico y de consumo de combustible y, muy especialmente, una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al planeta y a la salud de los demás. 

La eficiencia del vehículo como sistema de transporte es muy baja, piense que en general utilizamos un vehículo que pesa casi una tonelada para un desplazamiento en muchas casos de unos 70 kilos. Deducirá usted que utilizar un vehículo todoterreno, por ejemplo, o de gran volumen para pequeños desplazamientos de una sola persona es una verdadera barbaridad. Habremos aumentado el peso del vehículo y por consiguiente el consumo de combustible y sus emisiones. Como todo es relativo, un vehículo de este tipo en un entorno rural, con desplazamientos de materiales en terrenos no asfaltados seguro que es una herramienta adecuada, pero para ir al bar, comprar en el super o llevar a los niños al cole es un poco ridículo. 

Pero nos quedan aún percepciones sociales de estatus y coche. 

Aun así, seguimos considerando aún que quien utiliza el vehículo privado aparentemente tiene mayor “poderío” que quién utiliza un transporte público. Le Invitaría ver o cómo en muchas películas americanas siempre los directivos se desplazan en transporte público, ganan tiempo, comodidad, ahorran dinero, no tiene problemas para aparcar y además, evitan contaminar más su ciudad. Quizá en esto sí podíamos copiar lo que vemos en las películas. 

Otro de los clásicos en los coches es la pegatina que avisa que se debe tenerse precaución porque se llevan niños. Yo propongo la difusión de pegatinas para colocar en esos coches de insolidarios que aparcan dónde quieren y como quieren con un aviso: Precaución, cuñado al volante