En plena ruta de los pueblos negros de Guadalajara descubrimos Valverde de los Arroyos, un destino perfecto para disfrutar del otoño en todo su esplendor. Ubicado en la vertiente norte del pico Ocejón, en plena Sierra de Ayllón, este pequeño y pintoresco pueblo, conocido por su arquitectura tradicional de pizarra es el refugio ideal para quienes buscan una escapada rural en contacto directo con la naturaleza.
Las Chorreras de Despeñalagua, una joya natural símbolo de Valverde de los Arroyos
Valverde de los Arroyos, que forma parte del listado de los Pueblos más Bonitos de España, debe su nombre a los numerosos riachuelos que lo rodean. A apenas dos kilómetros del pueblo encontramos el impresionante paraje de la Chorrera de Despañalagua, una espectacular cascada de cerca de 80 metros de altura, que proviene del Arroyo de la Chorrera, un afluente del río Sorbe, en la falda norte del Pico Ocejón.
Con las lluvias típicas de otoño, aumenta el caudal del agua y el sonido al caer entre las rocas multiplica su encanto. No importa cuantas veces hayas visitado este paraje ya que ya que se muestra siempre espectacular y provoca sensaciones diferentes. La ruta hasta allí es fácil y una opción ideal para ir en familia, con niños.
Un pueblo negro con mucha historia
La historia de Valverde de los Arroyos se remonta al Paleolítico y testigo de ello son las interesantes pinturas rupestres que hay en la localidad. En el Covacho del Ocejón, a más de 1.700 metros de altura, se descubrieron a comienzos de los 90 unas interesantes pinturas prehistóricas esquemáticas.
A partir del siglo XI, tras la reconquista definitiva de Toledo por parte de Alfonso VI. Inicialmente dependía del señorío de Atienza y más tarde, en el siglo XV, del señorío de Galve, que acabó siendo propiedad de la Casa Alba. Se independizó ya en el siglo XIX.
Este pueblo ha sabido mantener su identidad y encanto a lo largo de los años. La Iglesia de San Ildefonso, con su sobria belleza rural, es uno de los principales puntos de interés histórico, junto con las casas de pizarra que conforman el núcleo urbano. Su construcción está vinculada a dos frailes de la localidad, Pedro y Manuel Monasterio Mata, quienes fueron de misiones a Filipinas, que enviaron 46.000 reales desde allí para poder llevar a cabo las obras, que se iniciaron sobre el templo original, más pequeño y del que ordenaron que no quedara ni una sola piedra. La construcción se concluyó en 1954 y en su interior alberga una cruz Procesional del siglo XVI de estilo plateresco con reminiscencias góticas.
Todo el núcleo urbano mantiene las características de los pueblos de la 'Arquitectura Negra' de la Sierra Norte de Guadalajara (además de Valverde de los Arroyos, Majaelrayo, Matallana, La Vereda, Roblelacasa, Umbralejo, Campillejo y Campillo de Ranas), que se distinguen por el uso de mamposterías de piedra y cubiertas de pizarra. Estos, junto a la madera, eran los únicos materiales disponibles. En el caso de Valverde, la pizarra se mezcla en los muros con piedra caliza y canto rodado, por lo que la imagen ofrece una estampa que se le ha denominado también como arquitectura dorada.
Muy recomendable visitar la plaza, centro de la vida local, y las calles del pueblo. Allí se encuentra una pista para jugar a los bolos, una actividad que es una de las tradiciones más apreciadas de los valdeverdeños.
La antigua escuela y la casa del maestro albergan un pequeño Museo Etnográfico. Allí se conserva un antiguo telar con el que se tejían mantas y otras piezas de lana procedente de las ovejas de los ganaderos locales, además de una cocina, cuya lumbre era el eje central de las casas, una sala de audiovisuales y una exposición de fotografías, entre otras cosas.
Otoño en Valverde
El otoño es una de las estaciones más mágicas para visitar Valverde de los Arroyos. Los bosques caducifolios que rodean la zona se visten con sus mejores galas, tiñendo el paisaje de una paleta de colores que parece infinita. Es el momento ideal para practicar senderismo y explorar los caminos que conducen al Ocejón, uno de los picos más emblemáticos de la Sierra de Ayllón, y una meta para muchos montañeros. La ascensión dura entre dos y tres horas, dependiendo de la forma física. Las vistas desde lo alto son espectaculares.
El ascenso al Ocejón, aunque exigente, recompensa con unas vistas panorámicas impresionantes que alcanzan incluso el Parque Natural de Tejera Negra. Este parque, cercano a Valverde, es otro de los grandes atractivos naturales de la zona. Es famoso por albergar uno de los hayedos más meridionales de Europa, el Hayedo de Tejera Negra, que en otoño se convierte en un espectáculo visual digno de admirar.
El acceso es limitado por lo que es necesario reservar plaza para el aparcamiento de forma online.
Recogida de setas
Si prefieres una actividad más relajada, puedes disfrutar de una caminata por los alrededores del pueblo, donde es habitual encontrar a recolectores de setas durante esta estación. Las condiciones climáticas y la abundancia de zonas húmedas hacen de Valverde un lugar ideal para los aficionados a la micología, quienes pueden encontrar una amplia variedad de setas comestibles. Aunque recuerda que se trata de una actividad regulada para proteger este importante ecosistema.
Sólo pueden ser objeto de recolección las especies de setas silvestres recolectables -un total de 24 en la región- son las comestibles. o las destinadas a usos medicinales, con un máximo de cinco kilos por persona y día, que deben estar destinadas al consumo propio o bien a usos medicinales, científicos, divulgativos y educativos.