Imagina un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde la naturaleza virgen y el mar Atlántico se funden en paisajes de ensueño. Bienvenido a la isla de Ons, quizá la joya menos conocida de las Rías Baixas, situada en la entrada de la ría de Pontevedra. Este pequeño archipiélago (la de Ons es la más grande y la única habitada, pero se suman la isla de Onza y otros siete islotes), forma junto a las islas Cíes, Sálvora y Cortegada, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Se trata de un destino único que ofrece al viajero increíbles playas, cuevas marinas y espectaculares acantilados, como el impresionante Buraco do Inferno, el agujero del Infierno.

Conexión directa con el infierno

Las leyendas y tradiciones gallegas encuentran un eco muy especial en esta pequeña isla del Atlántico y ninguna es más intrigante que la del Buraco do Inferno. Se trata de una grieta vertical de más de 80 metros de caída, que conecta directamente con el mar como si fuera un pozo. Cuenta que, en los días de temporal, se pueden oír los gritos y gemidos de las almas atrapadas en el infierno. La zona está protegida para evitar accidentes. 

Antiguamente, cuando un náufrago no aparecía, los vecinos hacían una procesión de antorchas, encabezada por el cura o la meiga desde el cementerio hasta el Buraco, allí lanzaban las teas encendidas para pedir al demonio que soltara el cadáver y pudiera descansar en paz. Las viejas historias hablan de gritos aterradores que han dejado de oírse. Tiene una explicación científica. Antes anidaban allí los araos (Uria aalge), una delicada ave marina que se extinguió de la isla en los años 80 y eran lso verdaderos responsables de esos lamentos que se identificaban con el llanto de las ánimas.

Entre los atractivos con los que cuenta la isla está el faro de Ons, uno de los más grandes y de mayor alcance en España. Está situado en O Cucorro, en la parte más alta de la isla, y es obra del arquitecto Rafael de la Cerda, quién construyó otro idéntico en la isla de A Rúa. Se encendió por vez primera en 1865 y fue de los últimos faros de petróleo a presión -con los de Sálvora y As Sisargas- que existieron. A partir de 1990 empezó a funcionar con energía fotovoltaica. Al lado del faro hay un pequeño núcleo rural, con casas marineras, hórreos y una pequeña iglesia en honor a San Xaquín

Otros puntos de interés desde el punto de vista patrimonial son las baterías en ruinas (la de As Rodas al norte del muelle y la do Castelo al sur), el castro de Canexol y el castro de A Cova, el viejo cementerio de Canexol (con más de 200 años de antigüedad) y la moderna iglesia de San Joaquín, seguramente construida sobre otra más antigua.

Un viaje que te conectará con la naturaleza

Con apenas 5 kilómetros de largo y 1,5 kilómetros de ancho, esta isla ofrece rutas de senderismo que te llevarán a descubrir miradores impresionantes, playas de aguas cristalinas y una fauna única.

 Al norte, la ruta hasta la punta de O Centolo ofrece una hermosa panorámica a la playa de A Lanzada y una impresionante puesta de sol sobre Sálvora. La ruta que asciende hasta el faro lleva a quienes la emprenden al punto más elevado de la isla, desde donde las vistas son excepcionales.

Al sur, podemos descubrir el mirador de Fedorentos, desde donde se puede contemplar la isla de Onza, a la entrada de la ría de Pontevedra, y al fondo, la majestuosidad de las Cíes.

En la isla hay cinco grandes playas de gran belleza natural: el arenal nudista de Melide, el más grande de la isla, las playas de As Dornas, Canexol y Pereiró. Mención aparte se merece Area dos Cans, la playa más conocida, donde encontramos una sepultura única y misteriosa que sólo se puede ver cuando baja la marea. Se trata de A Laxe do Crego, una roca que, aunque desde hace mucho tiempo no alberga ningún resto humano, está clasificada como "sepultura antropomófica". No se sabe cuándo se hizo, aunque se estima que por su forma corresponde a la Edad Media, ni para quién se construyó. Los vecinos recuerdan que una tormenta movió la losa de la cubierta y un isleño se la llevó a su propiedad.

Vivir en Ons

Ons pertenece al municipio de Bueu, ya que sus primeros colonos procedían de allí. Llegó a contar con 530 habitantes a mediados del siglo XX, pero actualmente apenas llegan a 62 personas censadas. Aunque la isla es pequeña, cuenta con varias aldeas llenas de historia y tradiciones que se han mantenido intactas a lo largo de los siglos. 

El núcleo principal es la aldea de O Curro, donde se encuentran la mayoría de los restaurantes y tiendas, además de la mencionada iglesia de San Xaquín. Destacan asimismo la aldea de Canexol, más tranquila y pequeña cuyas edificaciones de piedra y pequeños huertos te trasladan a otra época. 

¿Qué comer en Ons?

La Isla de Ons ofrece lo mejor de la gastronomía gallega, con mariscos y pescados como protagonistas. Es imprescindible probar el pulpo a la gallega, preparado a la manera tradicional, la empanada de mejillones y la caldeirada de peixe, un guiso con el que podrás saborear el océano atlántico en cada bocado.

La mayoría de los restaurantes están en los alrededores del puerto. Destaca Casa Acuña, fundado en 1945, que se ha convertido en todo un referente del pulpo gallego. La matriarca tiene el galardón honorífico de 'Mejor Pulpeira de Galicia'. El restaurante abre solo en temporada y cuenta con una pequeña pensión para las personas que deseen pernoctar en la isla. 

María Jesús Acuña, que fue el último miembro de la familia que nació en la isla, lidera la empresa, Pulpo de Ons, para compartir con el resto del mundo el pulpo de la zona, que se pesca de forma artesanal, a la manera tradicional y tiene un sabor único, así como las recetas de su familia.Elaboran y distribuyen por toda España pulpo gallego congelado de la más alta calidad. 

Otras posibilidades, también cerca del puerto son el Bar O Pirata, con increíbles vistas a la ría, y Casa Checho, conocido por su caldeirada de pulpo y la empanada de millo con zamburiñas. Todos los restaurantes abren solo en temporada ya que, a partir del otoño la isla se queda desierta y la mayoría de los ferries dejan de funcionar. 

¿Cómo llegar?

Para llegar a la Isla de Ons, es necesario tomar un ferry desde los puertos de Bueu, Sanxenxo o Portonovo. Es importante planificar con antelación, ya que el acceso al Parque Nacional de las Islas Atlánticas está limitado para preservar el entorno natural. La autorización es gratuita y se puede realizar rellenando una solicitud online. billete en las navieras para acceder a las islas en barco.

En cuanto al alojamiento, la oferta es limitada pero encantadora. Desde casas rurales hasta pequeños hostales, las opciones son perfectas para quienes buscan una experiencia auténtica.

Consejos para el viajero

Planifica tu visita fuera de temporada: si buscas tranquilidad, visita Ons en primavera u otoño. 

Reserva con antelación: debido a las limitaciones de acceso, es esencial reservar tu billete de ferry con tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que, fuera de temporada, la frecuencia se reduce considerablemente.

Prepárate para desconectar: la isla tiene una conectividad limitada, ideal para quienes desean desconectar del mundo digital y el teléfono móvil.

El escritor pontevedrés Manel Loureiro eligió la isla de Ons como escenario de su última novela, 'Cuando la tormenta pase' (Planeta 2024), galardonada con el Premio Fernando Lara. Él mismo pudo experimentar en primera persona la sensación de estar completamente aislado en un paraje idílico, sin móvil y sin contacto con el mundo, como si se hubiera teletrnasportado a otra época. Esa sensación le sirvió precisamente para desarrollar un thriller centrado precisamente en ese aislamiento, pero eso es otra historia.

No seas fodechincho y disfruta con respeto de Ons

Nos quedamos con la Ons idílica y preciosa, ideal para los amantes de la naturaleza. No te pierdas esa joya gallega y, eso sí, no seas fodechincho, un término en Galicia que se refiere a los urbanitas que se acercan al medio rural y tienen un comportamiento irrespetuoso y prepotente. No son solo de Madrid, pueden ser de Vigo, de Barcelona o de Albacete. Dicho esto, el resto, son todos bienvenidos.