En un mundo que parece girar cada vez más deprisa, la idea de dormir entre muros centenarios, en un lugar donde el silencio es la principal de sus normas y el tiempo se mide por campanadas, suena no solo como un auténtico lujo, sino como una acción que parece completamente irreal. Sin embargo, en España sí es posible, y es que en tus increíbles visitas por los alrededores del país, en lugar de parar a descansar en algún hotel, hostal o alojamiento, puedes reposar entre las paredes de fascinantes monasterios.
En ellos, además de visitarlos como suele ser común, también puedes llegar a compartir su ritmo, envolviéndote por la paz que desprenden. Aquí te propongo cinco experiencias para “dormir como un auténtico bendito” y, de paso, conectar contigo mismo.
1. Monasterio de Poblet (Tarragona)
De un monasterio legendario a otro, Poblet es la esencia misma de la abadía cisterciense española. Fundado en el siglo XII por impulso de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, se alza en el municipio de Vimbodí i Poblet, rodeado de viñedos y montañas. Sin embargo, su hospedería es algo distinta a las demás, al admitir únicamente a hombres como huéspedes, ya que los visitantes que se alojan allí desean sentirse como los hermanos que viven en el monasterio día a día.
Esta fascinante joya también conserva otras tradiciones, como la de no permitir reservas online. Para poder acudir, tienes que llamar o escribir directamente al hermano hospedero. Las habitaciones son celdas austeras, el menú es el mismo que comen los monjes, y el silencio es regla de oro.
Otra característica que te hará sentir como siglos atrás es que no existe un precio fijo, ya que la aportación económica queda a criterio del huésped. Por tanto, se trata de un lugar perfecto si buscas sumergirte de lleno en la vida monacal, sin artificios ni concesiones.
Monasterio de Poblet, en Tarragona
2. Hospedería San Martín Pinario (Santiago de Compostela)
Si el Camino de Santiago es una experiencia transformadora, dormir en la Hospedería San Martín Pinario puede ser su colofón perfecto. A solo unos pasos de la catedral, el origen monástico de esta hospedería se remonta al siglo X, aunque la imponente reconstrucción del XVI es la que se conserva hoy.
Con 81 habitaciones, no se trata de un alojamiento de lujo, pero sí de una de las hospederías mejor valoradas de España. El claustro, al que solo acceden los huéspedes, es un remanso de paz en pleno centro histórico. Su ubicación es, sin duda, la joya de la corona: abrir la ventana y escuchar las campanas de la catedral es una experiencia difícil de olvidar.
Hospedería San Martín Pinario, en Santiago de Compostela
3. Monasterio de Santa María de Huerta (Soria)
En plena Soria, este cenobio cisterciense combina siglos de historia (del XII al XVII) y joyas arquitectónicas como su sala de conversos o el majestuoso refectorio con bóvedas sexpartitas. Aquí, el alojamiento es humilde pero acogedor. Con 17 habitaciones, podrás reservar una estancia mínima de dos noches y máxima de ocho.
Por 42 euros al día, con pensión completa, te integras en el día a día monacal. También puedes participar en cursillos de vida monástica y oración, una oportunidad única para aprender no solo sobre su arquitectura y arte, sino también sobre su filosofía de vida.
Monasterio de Santa María de Huerta, en Soria
4. Monasterio de Santa María del Olivar (Estercuel, Teruel)
Aquí la experiencia va más allá de un simple alojamiento. Situado a cuatro kilómetros de Estercuel, en pleno valle del río y rodeado de pinares, el Monasterio de Nuestra Señora del Olivar es un oasis de calma en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. El silencio y la naturaleza son sus grandes aliados, y no es de extrañar que Tirso de Molina encontrara aquí inspiración para obras como La Dama del Olivar o Los Amantes de Teruel.
La iglesia gótica aragonesa del XVI y el convento del XVII forman un conjunto que respira historia. Entre sus tesoros se encuentra un armario de sacristía tallado en nogal, retratos de frailes mercedarios firmados por Nati Cañada y la imagen de la Virgen del Olivar, obra de Pablo Serrano. Todo invita a quedarse más tiempo del previsto.
Monasterio de Santa María del Olivar, en Teruel
5. Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres)
Patrimonio de la Humanidad desde 1993, el Real Monasterio de Guadalupe es un libro abierto de estilos arquitectónicos: gótico, mudéjar, renacentista y barroco conviven en armonía. Su hospedería ofrece un alojamiento más contemporáneo, con habitaciones dobles desde unos 90 euros, pero el entorno lo convierte en una experiencia singular.
Pasear por sus claustros, visitar el camarín de la Virgen o perderse entre sus patios y escalinatas es parte de la magia de alojarse aquí. Un lugar donde el peso de la historia se siente en cada piedra.
Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe