La lluvia de estrellas más esperada del año ya tiene fecha: las Perseidas, conocidas también como las lágrimas de San Lorenzo, tendrán su punto álgido en las noches del 11 al 13 de agosto, especialmente el día 12 a partir de las 22:00 (hora peninsular). Así lo ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que recuerda que este fenómeno puede verse desde cualquier punto de España sin contaminación lumínica.
Para quienes buscan vivir la experiencia de una forma especial, la plataforma GuruWalk ha seleccionado diez destinos en España, cada uno pensado para un tipo de viajero distinto: desde románticos hasta amantes del silencio rural, familias o quienes no quieren alejarse demasiado de la ciudad.
1. Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres): naturaleza sin filtros
Este parque extremeño es conocido por sus cielos limpios y por ser un refugio para aves rapaces. Durante el día se puede practicar senderismo o realizar rutas ornitológicas. Y al llegar la noche, Monfragüe ofrece una visión clara del firmamento, alejada de núcleos urbanos y con muy baja contaminación lumínica.
Algunos de los mejores puntos para disfrutar del cielo nocturno en la zona de Monfragüe son el Salto del Gitano y el Castillo de Monfragüe, dos lugares que ofrecen vistas amplias del paisaje y permiten observar las estrellas en un entorno tranquilo y natural, tal y como informan desde Astroturismo.
En Serradilla, se encuentra el mirador astronómico de Arroyo Malvecino, equipado con paneles informativos que ayudan a identificar la Vía Láctea, las fases de la Luna y las constelaciones circumpolares.
Otro lugar interesante es Casas de Miravete, donde se ha habilitado un observatorio al aire libre en la Era de los Santos. Allí también hay paneles explicativos y un reloj nocturno que permite orientarse según la posición de las estrellas.
En Torrejón el Rubio se puede visitar el Observatorio Astronómico de Monfragüe, que dispone de una cúpula de cuatro metros de diámetro y telescopios de gran potencia para la observación.
Además, en la zona se organizan distintas actividades relacionadas con la astronomía: talleres, sesiones de observación con telescopios o prismáticos nocturnos, e incluso cursos de fotografía nocturna y astrofotografía para quienes quieran capturar el cielo con su cámara.
2. Serra de Tramuntana (Mallorca): relax y observación bajo el mismo cielo
La Serra de Tramuntana, al noroeste de Mallorca, es un lugar privilegiado para quienes desean alejarse del ruido y conectar con el entorno. Este enclave, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, es un lugar fantástico para disfrutar de las Lágrimas de San Lorenzo.
Y es que, al llegar la noche, se puede efectuar una observación astronómica al aire libre, en espacios sin apenas contaminación lumínica. Desde allí es posible ver las Perseidas en total silencio, rodeado de montañas, bosques y cielos despejados. Es una opción muy valorada por parejas y viajeros solitarios que buscan una experiencia tranquila y diferente en contacto con la naturaleza.
3. Islas Cíes (Galicia): para quienes buscan una noche íntima
Dormir en tienda de campaña frente al mar y sin luces alrededor es posible en las Islas Cíes. El archipiélago, parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, es un lugar donde el silencio, la naturaleza y el cielo nocturno se dan la mano. Eso sí, el acceso es limitado, por lo que conviene hacer reserva con antelación y tramitar los permisos necesarios.
El Parque Nacional ha sido reconocido como Destino Starlight, un sello que se otorga a lugares con cielos especialmente limpios, con muy baja contaminación lumínica y buenas condiciones para la observación astronómica.
Siempre que el tiempo lo permita, el camping organiza cada noche una actividad guiada en la que una especialista en astronomía acompaña a los participantes en un recorrido por el cielo estrellado. Durante aproximadamente una hora, se aprende a orientarse, a identificar planetas, constelaciones y estrellas destacadas, y a conocer las historias y curiosidades que esconde el firmamento.
La experiencia está pensada para todos los públicos, y tanto niños como adultos pueden disfrutarla por igual. Es una propuesta participativa y educativa, que invita a mirar el cielo con otros ojos y a descubrir su lado más cercano.
La actividad se reserva directamente en la recepción del camping y depende de las condiciones meteorológicas.
- Precio por persona: 10 €
- Niños y niñas menores de 10 años: gratis
- Importante: los menores deben ir siempre acompañados por una persona adulta.
4. Isla de La Palma (Canarias): aventura y astronomía en un solo viaje
La Palma es uno de los destinos más reconocidos del mundo para observar las estrellas. En el Roque de los Muchachos, a más de 2.400 metros, se ubica un importante observatorio astrofísico. La isla está protegida por leyes específicas que limitan la contaminación lumínica. Además, se pueden visitar zonas volcánicas, selvas y piscinas naturales durante el día.
Una de las mejores formas de disfrutar de las Lágrimas de San Lorenzo en el Roque de los Muchachos es a través de una visita guiada espcializada que se desarrolla entre el 11 y el 12 de agosto. Tiene un coste de 30 euros y está organizado por Astro La Palma; sin embargo, conviene reservar las plazas con antelación ya que se suelen agotar rápido. Además, es necesario remarcar que para poder disfrutar de esta actividad, que no es adecuada para personas con movilidad reducida y niños pequeños, es necesario contar con vehículo propio o de alquiler.
Así mismo, cabe destacar que en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, se encuentra una de las concentraciones de telescopios más destacadas del planeta. Las condiciones excepcionales del cielo palmero lo convierten en un lugar privilegiado para la observación e investigación astronómica. Por eso, este observatorio ha sido elegido para acoger algunos de los telescopios gigantes del futuro, además de albergar la nueva generación de telescopios Cherenkov, dedicados al estudio del universo a través de rayos gamma de muy alta energía.
5. Albanyà (Girona): para viajar con niños y aprender juntos
En el Alt Empordà, el Bassegoda Park es un camping familiar con observatorio astronómico propio que colabora con la NASA. Aquí tanto niños como adultos pueden disfrutar de talleres y actividades relacionadas con el cielo. El entorno también permite recorrer pueblos medievales, hacer senderismo o pasar un día en la playa.
Hablar con los niños sobre las Perseidas no solo les ayuda a comprender mejor el universo, sino que también les invita a observar con atención, a hacerse preguntas y a valorar la naturaleza desde una nueva perspectiva. Entender qué son los meteoros, de dónde vienen y por qué cruzan el cielo, puede despertar en ellos un interés duradero por la ciencia y la exploración.
Además, observar las Perseidas es una experiencia que puede compartirse en familia, al aire libre, lejos del ruido y las pantallas. Es una forma de reconectar con el entorno, aprender juntos y vivir un momento de calma y maravilla. A través de talleres, cuentos, explicaciones sencillas o una noche mirando al cielo, se puede fomentar en la infancia el respeto por el conocimiento, la paciencia de la observación y la emoción del descubrimiento.
Enseñarles sobre las Perseidas no es solo hablar de estrellas fugaces: es abrirles una ventana al cosmos, hacerles sentir parte del universo y sembrar la semilla de la curiosidad que puede acompañarles toda la vida.
6. Sierra Norte de Madrid: escapada exprés desde la capital
Para quienes viven en Madrid o alrededores, la Sierra Norte es una opción muy accesible para disfrutar de las estrellas sin hacer grandes desplazamientos. Localidades como La Hiruela, Montejo de la Sierra o Horcajo de la Sierra cuentan con alojamientos rurales, senderos señalizados y cielos limpios ideales para la observación astronómica.
En la zona también hay observatorios astronómicos, como el del Hayedo de Montejo. Es un destino ideal para una escapada de fin de semana, con propuestas tanto para familias como para grupos de amigos o parejas que quieran ver estrellas sin salir de la Comunidad de Madrid.
7. Montsec (Lleida): ideal para los curiosos de la ciencia
En la localidad catalana de Àger se encuentra el Parc Astronòmic del Montsec, un centro que combina la observación del cielo con tecnología y divulgación. Aquí se pueden visitar observatorios robotizados, un planetario digital conocido como El Ojo del Montsec, y asistir a talleres relacionados con la astronomía. Está reconocido como Reserva Starlight, lo que garantiza la calidad del cielo para la observación.
De hecho, este planetario ofrece actualmente una experiencia nocturna familiar con contenidos adaptados para los más pequeños. Está guiada por un astrónomo y se divide en dos partes. La primera, de unos 45 minutos, tiene lugar en el Planetario, donde los asistentes pueden ver una proyección y realizar un viaje virtual más allá del sistema solar, combinando aprendizaje y entretenimiento para todas las edades.
La segunda parte se desarrolla en el Parque de Telescopios, también durante 45 minutos. Allí se explican los cuerpos celestes más destacados visibles esa noche. Esta visita se programa en fechas en las que la Luna está en fase de cuarto creciente, lo que permite —si el tiempo lo permite— observarla en directo junto con otros objetos brillantes como planetas y estrellas de distintos colores.
8. Sierra de Gredos (Ávila): descanso rural con cielos limpios
Si lo que buscas es desconexión sin grandes complicaciones, la Sierra de Gredos ofrece alojamientos rurales en pequeños pueblos donde el cielo está despejado y el silencio es casi total. Algunas cabañas incluyen telescopios privados. Durante el día se puede practicar ciclismo o probar platos típicos como las migas o las patatas revolconas.
Dentro del Parque Natural existen diferentes balcones, ya sea dentro de un municipio o desde la montaña, desde los que disfrutar a simple vista del paisaje nocturno en una atmósfera idea como es el espectáculo de las Perseidas, pero también deleitarse con la luna nueva o paa aprenderse cada constelación. Por tanto no es de extrañar que cada vez más personas, no sólo vinculadas a la ciencia y al estudio de las estrellas que rodean la Tierra, se acerquen a la comarca de Gredos a conectar con el medio ambiente en una zona de especial conservación.
9. Valle del Jerte (Cáceres): para amantes de la fotografía
Cascadas, gargantas, bosques y cielos amplios convierten al Valle del Jerte en un escenario perfecto para quienes viajan con trípode y cámara. Durante el día se puede visitar el Museo de la Cereza, bañarse en la Garganta de los Infiernos o hacer rutas hasta lugares como la cascada del Caozo.
Si decides acudir a un entorno tan fantástico para disfrutar de la lluvia de estrellas como es el Valle del Jerte, has de saber que existen alojamientos como Glamping El Regajo que ofrece un alojamiento con telescopio sin coste adicional, además de clistaleras para disfrutar de la naturaleza en toda su amplitud gracias a que la finca en la que se encuentra la habitación está a 800 metros de altitud.
En definitiva, el entorno natural del valle, rodeado de sierras y bosques, ofrece el ambiente perfecto para vivir una noche bajo las estrellas. Ya sea tumbado sobre una manta en medio del campo, participando en una actividad guiada o desde un mirador elevado, la experiencia se vuelve especial por el silencio, el aire puro y la sensación de estar en contacto directo con la naturaleza.
10. Granada y Sierra Nevada: cultura y estrellas a pocos kilómetros
Una escapada a Sierra Nevada es una oportunidad perfecta para combinar el turismo cultural con la observación del cielo. Durante el día, puedes recorrer los rincones más emblemáticos de Granada, como la Alhambra, el Albaicín o el Realejo, y disfrutar de su gastronomía y ambiente andaluz.
Al caer la tarde, basta con subir en coche hacia Sierra Nevada, donde, a más de 2.000 metros de altitud, el aire es más limpio y la luz artificial desaparece casi por completo.
En esta zona se organizan actividades astronómicas guiadas que incluyen explicaciones sobre constelaciones, el uso de telescopios y observación de lluvias de estrellas como las Perseidas. Es un destino ideal para quienes buscan una experiencia completa entre naturaleza, ciencia y patrimonio histórico.
Bonus: Observación continua toda la noche
Para quienes vivan en España o en otras zonas de latitud similar (alrededor de 40° norte), el radiante de las Perseidas —el punto del cielo del que parecen surgir los meteoros— permanece visible por encima del horizonte durante toda la noche. Esto facilita una observación continuada, siempre que el cielo esté despejado y no haya demasiada luz artificial cerca.