La miel ha sido considerada tradicionalmente como un edulcorante natural más saludable que el azúcar refinado. Sin embargo, las últimas recomendaciones nutricionales Tagli Pitsi, investigador del Instituto Estonio para el Desarrollo de la Salud, plantean dudas sobre sus beneficios, sugiriendo que su consumo debería limitarse.
A pesar de sus componentes bioactivos, la miel no es tan nutritiva como muchos creen. Según Pitsi, la miel no contiene una cantidad significativa de vitaminas ni minerales esenciales. Aunque es conocida por su contenido en glucosa y fructosa, estos azúcares simples la convierten principalmente en una fuente de energía rápida, sin aportar los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Esto ha llevado a los expertos a clasificarla dentro del grupo de alimentos "innecesarios para el organismo", junto con otros dulces y snacks. "Ningún alimento debe ser considerado ni completamente bueno ni completamente malo", contó el investigador en el medio estonio Tervis Pluss, pero la miel no es un alimento esencial para la salud.
El hecho de que la miel esté compuesta en su mayoría por azúcares libres, que incluyen los azúcares añadidos y los que se encuentran en jugos y jarabes, también resalta su similitud con otros productos como el azúcar refinado. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda mantener el consumo de estos azúcares lo más bajo posible, ya que el exceso puede provocar diversos problemas de salud, como la resistencia a la insulina, que puede derivar en enfermedades crónicas.
En este contexto, es importante destacar que, aunque la miel contiene ciertos compuestos beneficiosos como enzimas antioxidantes, su impacto nutricional es muy limitado. Si bien su uso moderado no representa un riesgo directo para la salud, consumirla en exceso no es recomendable, especialmente cuando se considera que su principal función en la dieta es aportar dulzura.
Aunque la miel puede ofrecer algunos beneficios menores, debe consumirse con moderación, como parte de una dieta equilibrada. Las recomendaciones de los expertos subrayan que, en términos de salud, no es necesario reemplazar el azúcar por miel, ya que ambos productos deben ser consumidos de manera controlada.
