Te proponemos un recorrido gastronómico por una región que presume de tener una de las cocinas con mayor raíz culinaria; un delicioso viaje a tu mundo interior, motivado por las ganas de disfrutar de la buena mesa y los buenos vinos, al calor que ofrecen en invierno los restaurantes de Castilla-La Mancha.

El invierno es una época perfecta para disfrutar de la gastronomía de Castilla-La Mancha, con platos tradicionales para combatir el frío

Cuando llega el frío es tradición sonreír al mal tiempo y compartir un buen guiso de gachas © Turismo de Castilla La Mancha David BlázquezCuando llega el frío es tradición sonreír al mal tiempo y compartir un buen guiso de gachas © Turismo de Castilla-La Mancha / David Blázquez

El frío del invierno no es una excusa para quedarse en casa, todo lo contrario. Es quizá el mejor momento para disfrutar del amplio recetario de la gastronomía castellanomanchega, cuyos platos tradicionales –o al menos uno cuantos- fueron ideados en su día para aliviar los estragos del frío.

Quizá también en alguna ocasión hayas escuchado la expresión Hoy hace día de gachas, y es que cuando llegan las bajas temperaturas y la lluvia, en Castilla-La Mancha es tradición sonreír al mal tiempo con un buen guiso de gachas compartido con los amigos o la familia.

Migas, duelos y quebrantos, calderetas de cordero manchego, gazpachos manchegos, guisos de cabrito, morteruelo, guisos de setas… las recetas de los platos tradicionales de Castilla-La Mancha, de los guisos de las madres y abuelas, delicada y amorosamente traspasadas de generación en generación, son las protagonistas de muchas de las cartas de los restaurantes de nuestra región. Te invitamos a que este invierno puedas encontrar la ocasión de viajar a Castilla-La Mancha y que en cualquiera de sus restaurantes, pidas uno de estos platos, que además de permitirte entrar en calor, te dejarán con ganas de repetir, seguro.

Castilla-La Mancha cuentan productos de primera calidad, con denominación de origen o indicación geográfica protegida, que conforman una cocina única

 

El azafrán de Castilla La Mancha es uno de sus productos estrella © Turismo de Castilla La Mancha David Blázquez

El azafrán de Castilla La Mancha es uno de sus productos estrella, pero no el único © Turismo de Castilla-La Mancha / David Blázquez

Estos platos y otros muchos, tradicionales y no tradicionales, se elaboran usando los productos agroalimentarios castellanomanchegos con marca de calidad diferenciada (ya sea con indicación geográfica protegida o denominación de origen), porque la cocina moderna, la que implementa técnicas y elaboraciones innovadoras, también los usa como materia prima para ofrecer al viajero lo mejor y lo más auténtico de la cocina regional.

El Aceite de Oliva Virgen Extra de Castilla-La Mancha es inigualable, intenso, aromático…, y lo encontramos producido en los Montes de Toledo, en el Campo de Calatrava, en el Campo de Montiel y en La Alcarria. El Queso Manchego, elaborado con 100% leche de oveja manchega, se elabora en Albacete, Ciudad Real, Cuenca, y Toledo, donde son muchas las queserías que ofrecen visitas guiadas para descubrir los secretos de estos quesos únicos y anhelados en todo el mundo. La Miel de la Alcarria, producida y envasada en esta comarca que se extiende por las provincias de Guadalajara y Cuenca, es un auténtico manjar. El Azafrán de La Mancha, con una extensa cultura en torno a su cultivo y recolección manual que ha permanecido intacta en el tiempo, manteniéndose la tradición de separar una a una, primorosamente, las hebras del azafrán. Al Cordero Manchego y al Ajo Morado de Las Pedroñeras, complemento imprescindible del recetario castellanomanchego… se suman el artesano Pan de Cruz, para mojar y no dejar ni resto en el plato, y la Berenjena de Almagro, el explosivo manjar del Campo de Calatrava. Y para el postre, se suman el dulzor y jugosidad del Melón cultivado en La Mancha y el Mazapán de Toledo, la mejor combinación de almendras y azúcar.

En Castilla La Mancha encontramos restaurantes con Soles Repsol y Estrellas Michelin © Turismo de Castilla La Mancha David Blázquez

Encontramos grandes chefs premiados con Soles Repsol y Estrellas Michelín, que conjugan vanguardia y tradición. © Turismo de Castilla-La Mancha / David Blázquez

Al recetario castellanomanchego y a sus productos agroalimentarios de calidad diferenciada, se suma el saber hacer de grandes chefs galardonados con Soles Repsol y Estrellas Michelín, que defienden el producto de proximidad y apuestan por la vanguardia sin olvidar nuestras raíces. Repartidos por restaurantes de referencia de las cinco provincias, los puedes encontrar en la página web de Raíz Culinaria Castilla-La Mancha.

Y sin soles ni estrellas pero también brillando en el universo gastronómico de Castilla-La Mancha, cientos de restaurantes de las cinco provincias castellanomanchegas ofrecen al viajero platos de siempre y de ahora, cocinados con mimo y esmero para deleitar a quienes nos visitan cuando se sientan a la mesa.

Castilla-La Mancha es el viñedo más grande del mundo y un destino ideal para los amantes de la enología

Tu viaje gastronómico a Castilla-La Mancha puede combinarse perfectamente con las Rutas del Vino de nuestra región, pues no en vano esta tierra es el viñedo más grande del mundo.  Cinco rutas del vino en Castilla-La Mancha están certificadas y forman parte de la Red de Rutas del Vino De España, un referente tanto para quienes quieren adentrarse en el mundo de la enología, como para quienes ya gozan de veteranía en el mundo del vino.

El recorrido por la tierra del vino comienza por la Ruta del Vino de La Mancha, que rodea Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, El Toboso, Villarrobledo y Socuéllamos, donde se encuentra el Museo Torre del Vino, con viñedos que crecen sobre la caliza y arcillosa llanura manchega, de clima extremo y produce caldos únicos. A pocos kilómetros de allí nos podemos dirigir a la Ruta del Vino de Valdepeñas, localidad por excelencia del enoturismo, donde podrás visitar el primer Museo del Vino de Castilla-La Mancha y disfrutar de vinos blancos, rosados, tintos y espumosos de la Denominación de Origen que lleva su nombre.

Once municipios toledanos conforman la Ruta del Vino de Méntrida: Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo, Nombela y por supuesto, el que da nombre a la ruta: Méntrida. Visitar bodegas, viñedos y cooperativas, pero también los recursos patrimoniales y naturales de este territorio, convertirán esta experiencia en algo inolvidable. Un consejo: conocer la arquitectura de Alonso de Covarrubias en Torrijos, uno de los grandes del Renacimiento español.

Seguimos con la Ruta del Vino de La Manchuela, comarca envuelta por las aguas de los ríos Júcar y Cabriel, y que abrazan la Serranía de Cuenca y la llanura albaceteña. Entre su gran variedad de vinos con denominación de origen destacan los de su uva autóctona, la Bobal, de color y aromas frutales intensos.

Sin alejarnos de Albacete, terminamos nuestro viaje con la Ruta del Vino de Jumilla, que compartimos con la vecina región de Murcia, pero con la inmensa mayoría del terreno de cultivo de vid en tierras castellanomanchegas. Además de sus vinos con personalidad, esta ruta brinda una oferta gastronómica, de ocio y descanso que te garantizamos, no te dejará indiferente.

Puedes consultar más información sobre rutas gastronómicas de Castilla-La Mancha (del aceite, del azafrán, del queso o de la miel, entre otras), en Raíz Culinaria.

Viaja a Castilla-La Mancha en invierno para descubrir… tu mundo interior.

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