Aunque algunos lácteos tienen fama de dificultar la digestión, no todos tienen el mismo efecto. De hecho, algunos productos fermentados, como el kéfir, pueden ayudar a mejorar el tránsito intestinal. Este alimento, similar a un yogur bebible, es rico en probióticos que favorecen el equilibrio de la flora intestinal, tal como explican varios especialistas en nutrición.
El kéfir: un lácteo fermentado que apoya la salud digestiva
El kéfir es un producto lácteo fermentado que suele encontrarse en las estanterías de los supermercados junto al yogur y la leche. Su mezcla única de probióticos podría contribuir a calmar la inflamación, diversificar la microbiota intestinal y mejorar la digestión de la lactosa. Según la nutricionista Alyssa Simpson, "el kéfir contiene más de 30 cepas probióticas, muchas más que la mayoría de los suplementos".
La variedad de bacterias beneficiosas que aporta puede favorecer un microbioma intestinal más saludable y ayudar a mejorar la frecuencia de las deposiciones, explica Hanna Kelley, directora de salud y bienestar de la Asociación de Productos Lácteos de Indiana (Estados Unidos).
Cómo ayuda el kéfir a mejorar el tránsito intestinal
Además de aumentar la diversidad de la microbiota, los probióticos presentes en el kéfir también contribuyen a que las heces sean más blandas, facilitando su expulsión. "Los probióticos en el kéfir ablandan las heces y regulan los músculos intestinales para que se muevan de forma más eficaz", afirma Kelley. Un estudio anterior encontró que las personas que tomaron kéfir diariamente durante cuatro semanas mejoraron su satisfacción con el tránsito intestinal y aceleraron el tiempo de paso por el colon.
El kéfir y su efecto sobre la inflamación intestinal
La inflamación crónica puede afectar negativamente al sistema digestivo. El kéfir podría ayudar a reducir esta inflamación, favoreciendo el correcto funcionamiento de la barrera intestinal y, en consecuencia, una mejor movilidad digestiva. "El kéfir puede reducir la inflamación intestinal, mejorando la función de la barrera intestinal, cambios que apoyan el movimiento intestinal", señala Simpson. Una investigación citada respalda estos efectos, relacionando los péptidos, compuestos bioactivos y cepas probióticas del kéfir con mejoras en la absorción de nutrientes y protección del organismo frente a sustancias perjudiciales.
Un aliado para quienes tienen intolerancia a la lactosa
Aunque muchas personas intolerantes a la lactosa suelen evitar los productos lácteos, el kéfir puede ser una excepción. Según Kelley, "estudios han mostrado que el kéfir puede mejorar la digestión de la lactosa en personas que buscan beneficiarse de los nutrientes del lácteo sin sufrir molestias digestivas". Al ser bajo en lactosa de forma natural, puede ser una buena opción para quienes desean aprovechar su aporte de proteínas y calcio.
El kéfir puede consumirse solo como bebida, aunque su sabor característico puede ser intenso para algunas personas. Si es así, se puede integrar en recetas dulces o saladas. "Añádelo a batidos, aderezos caseros o copos de avena para variar y cuidar tu intestino", recomienda Kelley.
Otros consejos para mantener un buen tránsito intestinal
Tomar kéfir puede ser un paso útil, pero no el único. Para favorecer la regularidad también es importante:
- Consumir suficiente fibra: Unos 25 gramos diarios para mujeres y 38 gramos para hombres. Introducirla de forma progresiva y adaptarla a la tolerancia de cada persona.
- Mantenerse bien hidratado: Se recomienda beber unos 11,5 vasos de líquido al día para mujeres y 15,5 vasos para hombres.
- Hacer ejercicio físico regularmente: Actividades como caminar, bailar o realizar tareas domésticas ayudan a estimular el movimiento intestinal.
No todos los productos lácteos tienen el mismo efecto en el sistema digestivo. El kéfir destaca por su capacidad para favorecer el equilibrio intestinal y mejorar la regularidad. Puede tomarse solo o incorporarse en recetas variadas para aprovechar todos sus beneficios de forma sencilla.