Las discusiones forman parte de la vida cotidiana. Son inevitables y, en muchas ocasiones, necesarias, si bien suelen ser complicadas de gestionar, hasta el punto de que a veces las partes parece que se estuvieran topando con un muro imposible de superar.

Partiendo de esa base, los psicólogos coinciden en que de nada sirve tratar de llevar la situación constantemente a tu terreno, entrando en un escenario de confrontación y crítica destructiva. Por el contrario, lo ideal es repartir las responsabilidades y que la pugna termine con la menor carga emocional posible hacia ambos lados.

A partir de ahí, existen frases a modo de herramienta que parece que logran, precisamente, este fin. Entre todas, la revista Cognitive Science destaca una a partir de un estudio del que participan varias personalidades del mundo de la psicología.

La frase perfecta para cerrar una discusión

“Es interesante que digas que…” es la frase, de tan solo cinco palabras, que puedes pronunciar para crear un espacio de diálogo para que las posiciones rígidas se suavicen y las partes involucradas se muevan hacia una posición en la que ser capaces de explorar el tema de una forma más colaborativa.

Según el análisis en el que se basa, la frase transforma categóricamente la dinámica de la conversación, pasando de una batalla de egos y una guerra de razones a un intercambio constructivo de ideas. Al mostrar interés en lo que la otra persona ha dicho, la estás invitando a la escucha mutua, lo que disminuye la tensión y la agresividad y empuja al punto intermedio.

Escuchamos, pero no juzgamos

Es ello sobre lo que radica el éxito de esta frase en tanto en cuanto se cierne sobre la importancia de escuchar y ser escuchado. Está claro que cuando alguien es reconocido y respetado, es menos probable que reaccione con hostilidad o agrave su posicionamiento. Por el contrario, una posición constructiva invita también a la reflexión y a la reconsideración de los puntos de vista de las partes.

Escuchar, pero no juzgar, en definitiva. Intentar alcanzar puntos en común sin querer llevar la razón y tratando de entender las opiniones de la otra persona.