Con el precio de la luz marcando máximos históricos, a muchos les preocupa cómo afrontar las bajas temperaturas y las lluvias que ya han llegado a España en este puente de Todos los Santos. Mantener tu casa caliente puede parecer un reto de cara al frío, pero desde Elplural.com te traemos cinco consejos con los que podrás hacerlo y, además, ahorrarás en tus facturas.

Instalar termostatos

Una de las claves para aislar tu hogar del frío es controlar la temperatura de las habitaciones. Es importante mantener un ambiente perfecto tanto para el verano como para el invierno. Para ello es recomendable que instales termostatos programables en cada estancia para calentar solo los espacios en los que pasas más tiempo.

Esto te ayudará a reducir el gasto innecesario de calefacción y de radiadores eléctricos para calentar cuartos que no utilizas. Así, lo mejor es mantener una temperatura de entre los 20 y 22 grados centígrados durante el día, y entre 15 y 17 por la noche. 

Aluminio en los radiadores

Por las paredes de tu hogar se pierde mucho calor. Un truco barato con el que podrás evitarlo es colocar un sistema de ampliación en tus radiadores casero. Esto no es más que forrar unos paneles de cartón con papel de aluminio y colocarlos entre el radiador y la pared para que el calor se proyecte hacia tu habitación.

Para ello también puedes revestir las paredes con láminas de madera, que es un buen aislante y hará que se distribuya la temperatura hacia dentro de la casa. Asimismo, poner estanterías con libros reducirá los cambios térmicos y los ruidos ya que funciona como un aislante.

En cuanto a los radiadores, un consejo práctico es no colocar prendas de ropa húmeda para secarlas sobre ellos. Esto dificulta la salida del aire caliente, con lo que el consumo energético será mayor y, por tanto, repercutirá en tu factura.

Cerrar las persianas y las puertas

En los hogares está muy extendida la práctica de bajar las persianas durante las horas de más calor en verano para evitar notar dentro de casa las altas temperaturas. Sin embargo, esto también se puede trasladar al otoño y el invierno. Y es que bajar las persianas cuando se pone el sol te puede hacer ahorrar hasta un 15% en tu factura de la calefacción ya que mantiene la temperatura al crear un espacio más cerrado. 

Así, abre bien las cortinas y las persianas durante las horas de sol y ciérralas cuando empiece a desaparecer. Esto hará que no se escape el calor tan fácilmente y notes una temperatura ambiente más agradable dentro de tu casa. Lo mismo ocurre con las puertas. Déjalas abiertas durante el día y ciérralas cuando empiecen a bajar los grados para que no se disipe el calor y se concentre en los espacios en los que más tiempo pases.

En cuanto a las ventanas, casi un 40% del calor se escapa por las pequeñas rendijas, las grietas o los huecos que pueda a haber en los cercos. Por eso, puedes sellar con silicona el borde para evitar que entre el aire, un método muy sencillo y eficaz y que cuesta menos de dos euros.

Las alfombras y la ropa de cama

Vestir bien tu casa puede marcar la diferencia entre un hogar frío y uno que conserve el calor. Para ello las alfombras pueden ser unas grandes aliadas, y es que son aislantes y trasmiten mucha calidez visual. Las mejores son las de lana y las de pelo largo aunque cualquier tapete puede funcionar. 

También es importante la ropa de cama. Las sábanas y fundas nórdicas de franela, lana o algodón son las más adecuadas porque transpiran mejor que las sintéticas y son tejidos que mantienen la temperatura. También contar con unas cortinas que sean tupidas y colocar cojines pueden ayudarte a crear un ambiente más cálido y a abrigar tu casa. Si esto lo quieres ampliar al máximo, usa tonos negros y oscuros, ya que absorben la luz.

Un cojín en la puerta principal

Aunque parezca que el grosor y el peso de tu puerta principal puede ser suficiente aislante, por ahí se pierde bastante aire caliente de dentro del hogar y permite que entre el frío, sobre todo si da directamente a la calle. Por eso es aconsejable colocar un aislador en la parte de abajo de la puerta. Se trata de una especie de cojín alargado que cubre todo el ancho y que permitirá hacer de cortavientos y evitar que ''se escape el gato''.