María, nombre ficticio que utilizaremos para preservar la identidad de la menor, nació con una malformación congénita, el secuestro pulmonar, lo que pronto le ocasionó frecuentes infecciones.

Este es uno de los problemas más comunes que genera esta patología, poco frecuente, que afecta a entre el 0,15 y el 1,8 por ciento de la población general.

En estos casos, un trozo de pulmón no funciona. “Hay tejido pulmonar displásico que no se comunica con el árbol traqueobronquial y tiene un suministro arterial sistémico aberrante”, explica a ELPLURAL.COM el doctor Eduardo Crespo, jefe de Radiología Vascular e Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz y de los hospitales públicos gestionados por Quirónsalud en la Comunidad de Madrid.

En los casos más graves, el secuestro pulmonar puede provocar hemoptisis o hemorragias pulmonares, e, incluso, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca congestiva severa, ya que “el corazón tiene que bombear más sangre para que le llegue suficiente al pulmón que sí funciona”, recalca este especialista.

Hasta el momento, la forma de abordar el problema era eliminar el lóbulo pulmonar afectado (lobectomía pulmonar). Sin embargo, el doctor Crespo, en colaboración con Álvaro Villalba, de la Sección de Radiología Vascular, y Gloria Pérez y Pablo Aguado, del Servicio de Cirugía Pediátrica del mismo centro, han tratado a María de una forma alternativa, mediante la embolización de los vasos sistémicos.

De la cirugía al cateterismo

La niña tenía “secuestro pulmonar intralobular en lóbulo inferior derecho con una rama aferente procedente de la aorta abdominal de 4 mm de calibre y un drenaje venoso a las venas pulmonares”, detalla el Dr. Crespo. Lo que se le ha hecho es “ocluir la arteria que va al secuestro pulmonar”, aclara. De este modo, “el trozo de pulmón que está mal se va atrofiar, porque no recibe sangre”.

Para el procedimiento se ha utilizado anestesia general, pero solo “para que no se moviera, ya que no hay incisiones”, precisa. La técnica se basa en la introducción de un catéter “a través de la arteria femoral, que está en la ingle”, aclara.

A la izda, radiografía de tórax seis meses antes de la intervención. A la dcha, radiografía de tórax 24 horas después de la embolización

A la izq. radiografía de tórax seis meses antes de la intervención. A la dcha. 24 horas después de la embolización. 

 

Menos riesgos, mejor recuperación

Al tratarse de una técnica mucho menos invasiva que la intervención quirúrgica clásica, la embolización de los vasos sistémicos cuenta con importantes ventajas. Se reducen los riesgos operatorios y las complicaciones postoperatorias y disminuye el tiempo de hospitalización. A esto hay que añadir que “no hay cicatriz postquirúrgica y que se evita la aparición de la escoliosis y pectus excavatum asociados a las toracotomías”, explica este radiólogo.

Media hora en quirófano y alta en 24 horas

35 minutos en quirófano han sido suficientes para intervenir a la pequeña María, de 19 meses. Después, reposo para no doblara la pierna durante la noche, una radiografía de control y a casa.

“La paciente ha tenido una evolución muy positiva, siendo dada de alta a las 48 horas”, explica el jefe de Radiología Vascular e Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz, quien confía en que la pequeña siga la misma trayectoria en los próximos meses. En este caso no había ninguna masa asociada a la malformación, por lo que solo serán necesarios los controles pertinentes.

Poco a poco la parte de pulmón malformado “irá desapareciendo y el pulmón sano, creciendo, porque tiene más espacio para expandirse”, indica este médico. Cada seis meses se realizará una radiografía de control.

En los casos en los que sí hay una masa asociada a la malformación, “se suele quitar, pero cuando el niño ya es algo mayor”, afirma.

De izda. a dcha, los doctores Aguado, Pérez, Villalba y Crespo

De izq. a dcha. los doctores Aguado, Pérez, Villalba y Crespo. 

 

Actuar lo antes posible

La edad para intervenir “depende de la clínica del paciente”, pero si presenta pronto síntomas “hay que operar lo antes que se pueda”, indica el Dr. Crespo.

Realizar “un diagnóstico y un tratamiento precoz cuando hay repercusión hemodinámica o infecciones de repetición” es fundamental, para evitar el desarrollo de complicaciones.

Una técnica de futuro

El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz es uno de los primeros centros en los que se lleva a cabo este procedimiento para el tratamiento del secuestro pulmonar. Sin embargo, este radiólogo se muestra convencido de que, poco a poco, esta técnica irá ganando espacio en la cirugía, hasta constituir la primera línea de tratamiento en centros experimentados.   

“Se han descrito, incluso, involuciones totales de las lesiones parenquimatosas tras la embolización”, asevera, resaltando, además, que, en caso de fallo de este tipo de abordaje, se puede practicar la “cirugía, incluso mediante técnicas mínimamente invasivas”.