Una copa de vino o una cerveza ocasional forman parte de la rutina de muchas personas adultas. Aunque el consumo moderado de alcohol suele considerarse aceptable, distintos estudios coinciden en que no está exento de riesgos para la salud. De hecho, algunas bebidas resultan especialmente perjudiciales por su composición, más allá del contenido etílico.
El problema de los cócteles clásicos
Entre las opciones más problemáticas, FürSie señala a los cócteles, el whisky con refrescos y las bebidas combinadas industrializadas, conocidas como alcopops.
En el caso de los cócteles clásicos —como el mojito o el Long Island—, el problema no es solo el alcohol, sino también la elevada cantidad de azúcar añadida. Este componente puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2, obesidad e incluso alteraciones en la flora intestinal.
Una mezcla de whisky puede equivaler siete terrones de azúcar
Una combinación frecuente como el whisky con cola tampoco sale bien parada. Aunque el whisky ya conlleva efectos negativos sobre el organismo, al mezclarse con refrescos azucarados se incrementa la carga calórica y se favorece una absorción más rápida del alcohol en sangre. Un solo vaso de esta mezcla puede contener el equivalente a siete terrones de azúcar.
Cuidado con las bebidas coloridas
Los llamados "alcopops", bebidas coloridas y de sabor dulce que fueron especialmente populares entre los jóvenes, siguen presentes en los supermercados. Estas bebidas suelen contener alcohol, cafeína, conservantes y altos niveles de azúcar. Además del impacto sobre la salud metabólica, pueden alterar la circulación y el sistema digestivo.
Los efectos del consumo prolongado de alcohol pueden afectar a distintos órganos y funciones del cuerpo: desde el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria, hasta problemas hepáticos, cardiovasculares o digestivos. La piel, el sistema nervioso periférico y la salud reproductiva también pueden verse afectados con el tiempo.
Una alternativa: los mocktails
Como alternativa, los mocktails —cócteles sin alcohol— ganan cada vez más popularidad. Estas bebidas imitan el sabor y la presentación de los cócteles tradicionales, pero sin los efectos negativos del alcohol. Frutas frescas, hierbas aromáticas y jarabes naturales permiten crear combinaciones sabrosas y refrescantes. Entre las propuestas más recomendadas se encuentra el “puré de albahaca virgen”, que mezcla limón, azúcar, soda y hojas de albahaca.
En un contexto donde cada vez se presta más atención al bienestar y la salud a largo plazo, opciones como los mocktails ofrecen una alternativa interesante sin renunciar al placer de una bebida social.