Para los que no conozcan la historia, les recomiendo ver la película La Red Social de David Fincher. No es la primera, ni será la última demanda que se interponga para adjudicarse la autoría de Facebook. Bien mirado, si uno tiene un mínimo indicio para presentarse ante el juez puede ser una gran inversión. Por mucho que se gaste en abogados, los posibles beneficios compensarían si se obtiene la victoria. Algunos ganaron, y se llevaron a la saca una buena cifra, aunque nada comparable con el valor de Facebook en la actualidad. Ni de lejos. El caso de Ceglia ha obligado a Zuckerberg a sacar a la luz un montón de correos electrónicos para desmontar la acusación. Gente previsora esta de Harvard. Guardan los correos que enviaban y recibían en 2004. Probablemente se librará de un pretendiente más, pero en el futuro seguirán apareciendo nuevos supuestos criadores de la gallina de los huevos de oro cuando sólo era un pollito, y es que la codicia unida al estrellato mediático son dos poderosas razones para perder el tiempo en manos de cualquier mediocre.
Ion Antolín Llorente es periodista y blogger
En Twitter @ionantolin