El Tribunal Superior de Castilla y León tiene entre sus funciones juzgar a los políticos aforados, y su presidente, José Luis Concepción, ha legado varias perlas a la posteridad. En una entrevista en el Norte de Castilla, ha espetado que “la exhumación del general Franco es el corolario de una Ley perversa – refiriéndose a la de Memoria Histórica- que reverdece el odio que habíamos olvidado ya los españoles, que trata de reescribir la historia y que trata de convertir en vencedor de la guerra a quien, en definitiva, perdió la contienda en 1939”. Sí señor, ¡con dos!

Y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que no suele morderse la lengua, le ha replicado sin rodeos: “El señor Concepción tiene un historial de archivos y absoluciones a políticos del Partido Popular que conectan muy bien con las declaraciones que ha hecho y que ponen en tela de juicio su imparcialidad”. Y se ha preguntado: “¿Qué coño hace el Presidente de un Tribunal Superior de Justicia opinando sobre política?” Pues eso, ¿qué coño hace? Parece evidente que urge exhumar los restos franquistas de Instituciones cruciales, como el Poder Judicial.

Mientras, los familiares del dictador Francisco Franco están dispuestos a pasear por Europa el fantasma del abuelo hasta llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Quieren poder enterrarlo en el lugar que deseen, “como hace cualquier español hoy en día”, han dicho justificando su propósito. Tal afirmación es falsa. Hay treinta mil familias españolas que no pueden enterrar donde quisieran los restos de sus familiares que Franco hizo depositar en el Valle de los Caídos.  Sin olvidar a quienes aún buscan en las cunetas a los ciento y pico mil asesinados por el régimen.

 A ver si es que los Martinez-Bordiú Franco, buscan perpetuar la feria iniciada con las fotos robadas del tirano agonizando. 

Se quejan los ínclitos herederos de que el finado esté en el cementerio de Mingorrubio, en el Pardo: “Se encuentra cerrado bajo llave y cada vez que queramos acudir a ponerle flores debemos avisar con 48 horas de antelación. Ningún español tiene que sufrir este agravio”. Claro que cuando visitaban a la abuela, Carmen Polo, enterrada allí desde 1988, no era exactamente lo mismo. A ver si es que los Martinez-Bordiú Franco, buscan perpetuar la feria iniciada con las fotos robadas del tirano agonizando en el hospital en el que su yerno ejercía como médico, Cristobal Martínez-Bordiú, y que se pretendió continuar con el folklore de algunos nostálgicos desplegados en los aledaños de Cuelgamuros.

Se empeñan en que la decisión del Congreso de los Diputados de exhumar al dictador de un lugar público, refrendado por el Tribunal Supremo y puesto en marcha por el Consejo de Ministros, es una profanación. Francis Franco, insistió en ello este sábado en La Sexta, llegando a decir que aquello no fue una dictadura, sino una dicta blanda. No creo que convenciera a muchos.