A 200 kilómetros
Tan bravo defensor de la familia, el senador Altava ha hecho, al parecer, cuanto está en sus manos para evitar al máximo que su ex pareja y madre de sus dos hijos los vea y esté con ellos ante problemas y obstáculos muy difíciles de eludir. Paloma Sanz, la madre, tiene en propiedad la plaza de secretaria del Ayuntamiento de Beneixama, lo que le exige vivir en ese pueblo alicantino, que se encuentra a más de 200 kilómetros de Castellón. Y la sentencia precisa que los dos niños deben regresar a su domicilio, situado en la capital castellonense.
A la medida
¿Es ésta una sentencia/trampa? En apariencia, sí lo parece. La dosis de humanidad, y hasta de sensibilidad paternal, que destilaba el discurso de Altava en el Senado no se compadece para nada con una realidad que tiende, en mayor o menor intensidad, a ser estremecedora, como es la deparada por los magistrados de la Audiencia Provincial de Castellón, que han redactado una sentencia a la medida –da la impresión- de su ex compañero de toga.
Leyendas judiciales
O, al menos, hay indicios que señalan inequívocamente en esa dirección. Las leyendas judiciales con sede en Castellón son tantas y tan variopintas que provocan, como mínimo, asombro. Y también, a menudo, indignación. Como la que produce el caso del senador Altava, conservador, que predica una cosa y hace la contraria. Atentos a la pantalla. Hay historia para rato.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM