Come as you are, tocaba Nirvana. Ven como eres, como un viejo recuerdo, decían. Ya ha arrancado la campaña electoral en Andalucía. Dos semanas para encontrar verdades entre una maleza de promesas. Dos semanas para que tu testosterónico partido se mire al espejo de las urnas. ¿Por qué siempre sales rodeada de hombres? ¿No hay mujeres en tu equipo? Ven como eres, Macarena. Una candidata de Alicante, un jefe de campaña y un jefe de comunicación nacidos en Madrid, que vienen a Andalucía a guiarnos, a arrastrarnos por la oscura senda del “cambio real”, por vuestra difusa idea de bonanza. No es casualidad que, cuando ´Los Quinquis´ del Vera te dedicaron un pasodoble sobre las tablas del Gran Teatro Falla, el público respondiera cantando el himno de Andalucía. Esta tierra se trabaja. Esta tierra se cansó hace mucho de libertadores y profetas.

En la pegada de carteles dijiste: “Como candidata a la presidencia de Andalucía, desde Granada, reivindico a los pies de Isabel la Católica, de Cristóbal Colón, que España, Andalucía, Santa Fe… es la cuna de la hispanidad”. El futuro de España será el que deba ser, pero aquí votamos los andaluces el camino de los andaluces. Aquí votamos la educación de nuestros hijos, la sanidad de nuestros padres, las huchas del mañana, el respeto a nuestro pasado. Un patrimonio emocional, nuestra identidad. Ven como eres, Macarena. ¿Qué es el cambio real? ¿Negar nuestros símbolos? ¿Renunciar a las competencias y nuestra capacidad de decidir que ganamos llenando las calles? ¿Sabes quién es Manuel José García Caparrós? ¿Te suena ese nombre, aunque sea remotamente? Te ayudo a recordar: cuando lo mataron en Málaga por reivindicar la autonomía andaluza tenía 18 años.

Quieres cerrar Canal Sur porque no te bailan el agua. Quieres entregar a Madrid el futuro de nuestra tierra. Quieres ser vicepresidenta sin programa, sin arraigo, sin escuchar los problemas de los ciudadanos, sin creer en nuestras instituciones, sin diálogo, casi sin partido. Envuelta en la bandera de España. Paseando por nuestras calles como una turista accidental. Caminando con prisa. Sonriendo a la nada. Ven como eres, Macarena. No basta la melena negra y recogida para parecerte a las mujeres de Julio Romero de Torres. Dice Carlos Reyero de las mujeres de Julio Romero de Torres: “Hay que entender el ideal de belleza femenino que nos propone en sus pinturas: una nueva mujer misteriosa y consciente del poder de su cuerpo, que se libera de la atadura de las convenciones, aunque queda irremediablemente presa de sus pasiones. En su obra, el sexo irrumpe como una fuerza que todo lo trastoca: altera los límites físicos y morales y rige los impulsos más instintivos de los seres”. Tan alejadas esas mujeres de tu contrición, de tu impostura, de tu pacatería, de tu visión de la vida, tan oclusiva, tan avejentada. Para ser de esta tierra no basta con cubrirse con un mantón, no basta con sentarse en una silla de enea; para ser de esta tierra hay que llagarse las manos y el corazón. Hay que entender la carne y la piedra. Hay que mostrarse sin fingimientos, sin evasivas, sin miedo. Ven como eres, Macarena. Si quieres gobernarnos, debes conocernos. Si quieres conocernos, debes escucharnos. Si quieres escucharnos, debes bajarte del pedestal. Pisar la tierra. Andalucía es España, pero España no siempre ha sido Andalucía. De hecho, ya son muchos años sin mirar al sur. De todo se cansa uno. Hasta de esperar. El cambio real es el que hicieron nuestros padres y abuelos. Salir y volver. Abandonar sus azadas, poblar las ciudades. Jugarse el presente por el futuro de sus hijos y de sus nietos. El cambio real es creer en esta tierra sin milagrería. El cambio real es seguir caminando.

Andalucía no tiene miedo. Ya sabemos que la silla con ropa apilada no es un monstruo, sólo desorden y oscuridad. El 19 de junio iremos a votar libres y desinhibidos, como hemos hecho siempre. Sin servidumbre, con coraje, dando mordiscos al futuro. Andalucía es tierra de poetas. "La sombra se ha dormido en la pradera. Los manantiales cantan", escribió Federico García Lorca, que cantó a esta tierra con un corazón arrebatado. "Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago", escribió Antonio Machado, que murió lejos de su Sevilla. Nada te debemos, Macarena. Ven como eres, con tu tierna insolencia, con tu soberbia desganada. Respeto a tus votantes, porque esa es la carne de la democracia, pero no entiendo ni una sola de tus palabras.