Andalucía tiene al 10% de su población en lista de espera. Según los últimos datos, hay 843.945 pacientes que están pendientes de una cita con el especialista o de operarse en la región, más que cuando Moreno Bonilla llegó al Gobierno.

Y eso a pesar de que el presidente andaluz manipula a conciencia los datos, porque en realidad serían mucho mayores las cifras. ¿Y a qué se debe esto? Se debe a que la Junta de Andalucía en 2019 dejó de publicar la cifra de pacientes a la espera de prueba diagnóstica, contabilizados por última vez en junio de 2018 con el resultado de 41.000 pacientes que ahora no se contabilizan.

Se están dando citas hasta para dentro de 19 meses, para verano de 2023, como es el caso de las pruebas en angiología vascular en la provincia de Jaén; o el caso de personas operadas con un tumor cerebral que tras haber superado la intervención quirúrgica, 14 meses después siguen sin darle una cita para la revisión; o es el caso de las operaciones de reconstrucciones mamarias que tardan 642 días en pasar por quirófano. Moreno Bonilla está batiendo todos los récord negativos en materia sanitaria.

Andalucía es hoy líder en España en tasa de pacientes a la espera de ver al especialista con 88 por cada 1.000 habitantes. Pero esta situación va a ir a peor, puesto que están aumentando a gran velocidad a consecuencia del regreso de los pacientes a la deteriorada atención primaria. La desesperación de los pacientes aumenta y Moreno Bonilla no hace nada.

Bueno sí ha hecho, echar a la calle a 8.000 sanitarios y tiene en mente mandar también al paro a buena parte de otros 12.000 sanitarios cuyos contratos finalizan entre marzo y abril. Mientras el Consejero de Salud andaluz como si de una película de Berlanga se tratase, asegura que está buscando sanitarios en el Magreb ante la falta de médicos.

Faltan médicos porque los están echando, y se están yendo a otras comunidades o países con mejores sueldos y mejores condiciones laborales. Así se deteriora la sanidad pública andaluza. No es algo casual, es una decisión política de Moreno Bonilla para favorecer el negocio de la privada.

Los sindicatos han denunciado que la Junta incrementa cada año las operaciones menores derivadas a la sanidad privada, estamos hablando de operaciones de verrugas, juanetes o lunares. La privada en 2021 recibió 463 millones para especialistas, diálisis y concierto de hospitales y para el presente año está previsto que la cifra aumente. Una sanidad privada que cuando se trata de operaciones complejas y de pacientes pluripatológicos que pudieran dar complicaciones no los quieren y los mandan para la pública.

La privada está haciendo el negocio del siglo. Los seguros de sanidad privada en Andalucía han pasado del 16% al 20% de la población, hasta los 1,7 millones de personas. Han aumentado casi 100.000 en un año.

El modelo de Moreno Bonilla es que quien pueda pagarse la visita a una consulta privada o la suscripción de un seguro privada, lo haga. Y quien no tenga dinero para pagarlo, queda condenado a sufrir este sistema sanitario injusto. Ha convertido la sanidad en el negocio de unos pocos. ¿Esto era el cambio para Andalucía? Es el cambio, pero a mucho peor.

Miguel Ángel Heredia Díaz
Portavoz de Hacienda y Senador del PSOE por Málaga