Moreno Bonilla sigue empeñado en ahogar a las universidades públicas. Se niega a destinar los recursos que necesitan y hasta los que promete. Se constata que no hay presupuesto suficiente para acabar este año ni tampoco va a cumplir con el acuerdo de financiación que firmó con los rectores para 2025. Su objetivo es recortar las plantillas, para deteriorar su calidad, reducir la capacidad investigadora y acabar con el ascensor social y la igualdad de oportunidades.
El presidente andaluz del PP apuesta por el “chiringuito” de las universidades privadas. Ya ha impulsado seis de ellas en Andalucía. Unas universidades privadas que tienen una calidad entre mala y pésima, pero esto le da igual, su objetivo es que algunos hagan un suculento negocio. ¿Cuánto cuesta un año en una universidad privada? Los precios varían entre 10.000 y 25.000 euros por curso. ¿Cuántas familias pueden pagar esto? Moreno Bonilla quiere que solo estudie en Andalucía quien pueda pagárselo.
Está copiando el modelo de Ayuso, de dejar prácticamente sin recursos a las universidades públicas, que cada día tienen un futuro más negro, mientras hace crecer como setas a las universidades privadas. Este modelo se repite en todas las comunidades del PP. Tanto es así que, en Extremadura, hasta van a abrir una universidad privada en un centro comercial. De esta forma los estudiantes por la mañana pueden ir a clase y por la tarde, podrán hacer la compra, de vuelta a casa.
A Moreno Bonilla no le importa la docencia ni la investigación ni la innovación que realizan las universidades públicas. No le importan los alumnos ni el personal docente e investigador ni tampoco el personal técnico, de gestión y de administración y servicios. Sólo le importa el negocio.
Hay que poner en valor la sólida y argumentada intervención del rector de la UPO en el Parlamento Andaluz en defensa de la universidad pública. Francisco Oliva, que también es presidente de la Asociación de Universidades Públicas Andaluzas (AUPA) ha dejado muy claro en sede parlamentaria, que con los presupuestos que Moreno Bonilla ha elaborado para 2025, “se produciría un incumplimiento flagrante del actual modelo de financiación del sistema universitario público andaluz, y también de los acuerdos firmados por la Consejería con universidades y organizaciones sindicales, generando una enorme frustración”.
Y es que en las cuentas públicas de Moreno Bonilla para el año próximo, faltan 87 millones de euros sólo para pagar nóminas, y del pago a proveedores mejor ni hablamos. Con esta falta de recursos, ¿qué pretende el presidente andaluz del PP? ¿Acaso pretende recortar la plantilla de docentes, investigadores y personal técnico, de gestión y de administración y servicios? Tal vez sea su idea, porque si ha echado a la calle a 18.000 sanitarios, ¿por qué no va a recortar también la plantilla en las universidades públicas?
Pero volviendo a los presupuestos para 2025, Moreno Bonilla recorta además recursos que las universidades públicas reciben de otras consejerías de la Junta de Andalucía para políticas de igualdad o de cooperación internacional.
Sr. Moreno Bonilla podría explicar, ¿por qué si el Presupuesto de la Junta de Andalucía crecerá el próximo año un 4,4%, el de las Universidades Públicas solo crece un 2,4%, esto es, la mitad? Dañar la universidad pública provoca un empobrecimiento educativo, investigador, cultural y económico, entonces ¿por qué no destina los recursos que se precisan?
Un dato más, según un estudio publicado a nivel nacional sobre el impacto de las universidades públicas en el sistema económico español, las universidades andaluzas son las que mayor impacto generan en el PIB regional, concretamente un 3%, muy por encima de comunidades autónomas como Madrid o Cataluña, ¿por qué entonces Sr. Moreno Bonilla no cuida a nuestras universidades públicas?
Desde 2019 los recortes en las universidades públicas andaluzas han sido una constante año tras año. Cientos de millones de financiación básica detraídos por la Junta de Andalucía, que las universidades han debido asumir, en muchos casos, de sus propios remanentes.
Moreno Bonilla tampoco ha cumplido en su máxima extensión el modelo de financiación 2023-2027, aprobado hace casi un año, y al cual le restan 25 millones para cumplir el objetivo inexcusable de la cláusula de salvaguarda y nivelación.
Tampoco ha cumplido el acuerdo firmado el pasado 25 de junio con las plantillas que contemplaba 20 millones para el personal docente e investigador y 5,9 millones anuales, adicionales y acumulativos para el PTGAS hasta 2027. Por eso CCOO y UGT han iniciado movilizaciones contra la Junta de Andalucía.
Sin olvidar, el plan de infraestructuras universitarias, que fue anunciado con gran parafernalia por Moreno Bonilla, pero que ha resultado ser un chasco. Mientras en el periodo 2020-2023 había 165 millones, el actual se ha quedado en la mitad, en 80 millones.
Todos estos incumplimientos explican los problemas financieros que soportan las universidades públicas andaluzas. Y es que Moreno Bonilla copia a Ayuso. La presidenta del PP de Madrid ha decidido hacer desaparecer las universidades públicas. De hecho, destina a ellas menos recursos de los que se destinaban en 2009. Por ello los rectores de la comunidad madrileña se han visto obligados a alzar la voz contra la infrafinanciación: “No cubrimos ni los gastos de personal”.
En Madrid hay seis universidades públicas, pero pronto habrá 14 privadas. Ayuso es la que menos inversión destina por habitante a las universidades públicas en España y la que tiene las tasas más altas. Una estrategia clara de destrozar lo público y favorecer lo privado.
La derecha está haciendo una apuesta sin precedentes por favorecer la implantación de universidades privadas en España, para hacer negocio a costa de los estudiantes y de sus familias. Actualmente hay 50 universidades públicas en nuestro país, la última se abrió hace 26 años. Mientras las comunidades del PP riegan España de universidades privadas. Ya hay 46 propiedad de las empresas y de la Iglesia, pero los presidentes y presidentas del PP ya estudian y tramitan una decena más.
La situación es preocupante, de hecho, ya hay más alumnos inscritos en másteres privados que en públicos, y en Madrid, por ejemplo, ya se cuentan más ls estudiantes privados de primero en Medicina (que pagan hasta 23.000 euros por curso) que los que acuden a la pública (1.240 euros por año).
¿Este era el cambio que prometía Moreno Bonilla? ¿Su cambio era infrafinanciar las universidades públicas para favorecer el “chiringuito” de las privadas? ¿Su cambio era asfixiar económicamente lo público para gestionar a favor de lo privado? ¿Su cambio era anteponer la especulación al bien común? No es decente. La universidad pública ha sido el mejor ascensor social que existe; forma a los estudiantes para el futuro y genera crecimiento económico. Si dejamos que el PP campe a sus anchas y continúe con estas políticas, estaremos haciendo un flaco servicio a la sociedad.