Es que si tocara la celebración de algún comicio, la campaña nos saldría por las orejas a los ciudadanos. Mira que estamos en un 2025 libre de urnas, pero el tufo de campaña electoral que imprime el PP a cada una de sus actuaciones resulta ya cansino. A fuerza de ver a Feijóo abrazando abuelitos o de convertir al andaluz Moreno en el nuevo líder europeo después de Adenauer, se diría que la convocatoria electoral es inminente. Pero no, resulta que Sánchez va a lo suyo y el Gobierno sigue trabajando y el país consigue salir adelante, con permiso de todos los vaivenes del mundo moderno.
Se diría que Feijóo se levanta cada mañana y canta el himno “hoy seré presidente” y da órdenes a su gobierno en la sombra para que sus supuestos ministros iluminen a los españoles, mientras llama a tal o cual periodista para desvelar claves del nuevo e inminente fracaso socialista; que esta vez sí, que ya le toca a él irse a vivir a La Moncloa. Y así un día y otro.
En Andalucía, la consejera de Economía, Carolina España, anuncia a bombo y platillo que el nombramiento de Moreno como presidente del Comité de las Regiones de Europa es un hito en la defensa de los intereses regionales ante la Unión Europea y que se escuchará la voz de Andalucía cada vez que haga falta en todos los despachos. Omitió decir que se trata de un acuerdo habitual entre socialistas y populares por el que se reparten cada cual 2,5 años. Además, empezará la alcaldesa de Budapest y candidata socialista Kata Tutto a presidir un Comité meramente consultivo, de segunda fila en la estructura de la Unión Europea.
Lo importante en algunos medios oficiales de Andalucía era echar un tronco más a la hoguera de la campaña electoral permanente, como si le hubieran metido un gol al PSOE; que ahora os váis a enterar. Y poco menos que subiendo al Olimpo de la historia a un cargo de carril que está más que pactado entre los grandes partidos y al que no hay que dedicarle mucho tiempo.
Definitivamente, tiene que ser duró para Feijóo que sus canciones matinales no sean escuchadas por todos los españoles como palabra de Dios y que, al mismo tiempo, la presidenta madrileña esté jugando su propio partido, muy bien informada de todo lo que se cuece entre los populares e inmolándose como la gran víctima del malvado Sánchez, sin presentar una sola prueba; que el WhatsApp lo carga el diablo. Madrid es el fortín de las resistencias y, como don Pelayo, desde aquí iniciaremos la reconquista de las tierras ocupadas por los rojos y hasta Trump llamará a la Puerta del Sol para felicitar a su alumna aventajada, a la que, seguramente, propondrá que Torrejón de Ardoz pase a llamarse “Torrejón de las Américas” y que se reabra de nuevo la Base Aérea, aunque ahora no convenga criticar demasiado aquella decisión que tomó Felipe González, que por fin ha abierto los ojos.
Mientras tanto, Vox y Junts, como aliados necesarios e irremediables de PP y PSOE, hacen su propia guerra; pero ambos se parecen en, al menos, una cosa: les encanta amagar y amenazar pero, como en el cuento de la lechera, cada vez tienen menos credibilidad y el tiempo pasa sin que su electorado esté precisamente muy encantado de lo que hacen.
Algún día habrá Elecciones Generales y hasta hay quien apunta que podrían coincidir el año que viene con las Andaluzas. Política ficción, aunque esta coincidencia ha ocurrido ya en 5 ocasiones, en los años 1986, 1996, 2000, 2004 y 2008, siempre con ganancia socialista.