Al principio de los tiempos hizo Dios la Tierra, el cielo y todas las cosas. Y creó Dios al hombre y a la mujer, a todas y a todos, y les dio para vivir un lugar fetén, el Paraíso de la Izquierda. Era un lugar puro y maravilloso donde, a diferencia del cielo, poblado de ángeles que se dividían en varias jerarquías, no había diferencia de clases.

Pero ya sabéis lo que pasó, por culpa de una serpiente que seguro que era neoliberal, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso de la Izquierda. Tuvieron dos hijos, Abel Iglesias y Caín Errejón. Al principio se llevaban de maravillaba, caminaban juntos en su empeño por recobrar el Paraíso, pero al final lo único que veían era la sonrisa burlona de Pedro Sánchez, así que su relación se fue enturbiando. Mira que la Tierra era grande, ¡pues no había sitio para los dos!

Harto de recibir humillaciones, un día Caín Errejón cogió una quijada de asno y cual si fuera una hoz y un martillo fundó un nuevo partido al margen de su hermano y decidió presentarse a las Elecciones Generales.

Aunque estábamos en el Génesis, la historia ya nos sonaba de algo:

En esto aparecieron los de Compromís y se pusieron del lado de Caín, no en vano toda la humanidad descendéis de él y no del pringado de Abel, que palmó:

Y es que no es bueno fiarse de gente con el rostro aniñado:

¡Cuando dije lo de "creced y multiplicaos" no me refería a los partidos de izquierda!:

¿A quién no le ha pasado?

A la izquierda española no la entiende ni Dios:

Menos mal que todavía queda gente responsable: