Aquí tienen la grabación. Pero les ponemos antes en situación. El alcalde de Béjar, del que hablamos, se llama Alejo Riñones –quizás después de escucharle o leer la transcripción de sus palabras se les ocurra alguna ocurrencia entre su apellido y sus comentarios…, nosotros lo evitamos-, y hablaba en una rueda de prensa en la que daba noticia de la matanza organizada por el ayuntamiento que preside. Este es el sonido:



Pero por si prefieren leerla en lugar de escucharla, esta es la transcripción de lo que se oye decir al señor alcalde en la grabación adjunta: “Hay parte de ese cerdo, como ustedes entienden, que no se podrán probar.., no se podrá comer en ese día, que son por ejemplo los tocinos… las piezas de tocino. Eso se le entregará si lo quieren, y digo si lo quieren porque no se le ha consultado con ellas, a la residencia de las hermanas de ancianos desamparados que tenemos ahí cerca del parque… Para que.., para cocidos… o para los huesos, y el tocino para hacer un cocido… les vendrá estupendamente para las personas mayores y nosotros nos alegramos de ello….”.

No sabemos que habrán dicho las monjas que llevan el asilo, pero igual no les ha hecho gracia que les den los huesos y el tocino para los ancianos, lo que el señor alcalde dice que “no se podrá comer”, y nada del magro del cerdo, que eso sí se “podrá comer”… Vamos, igual no les gusta a religiosas y ancianos nada que con la caridad del señor Riñones y otros como él lo que se puedan preparar sean cocidos que tengan más tufo a limosna que aroma a solidaridad.