No dispone el pregonero del PP de prueba alguna para incriminar a Zapatero y a la ministra de Cultura. Pero eso carece, en el imaginario colectivo de la derechona, de la más mínima importancia. Una vez más, el lema genovés es el siguiente: “¡Calumnia que algo queda!” Se trata de que no tenga relevancia la verdad y sí la tenga el impacto -ante la opinión pública- de la falsedad o la mentira.

Con cargos y sin fianza
Sea como fuere, tanto el presidente de la SGAE, Teddy Bautista, como otros dos principales directivos han sido puestos en libertad, con cargos y sin fianza, por la justicia. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que hayan sido absueltos, ni que su caso haya sido archivado, pero sí quiere decir que el affaire no parece, momentáneamente al menos, que sea tan grave como se había divulgado. ¿Qué tropelía dialéctica prepara ahora el pregonero popular? ¿Qué tal si proclama que Zapatero tal vez ha presionado al magistrado Ruz, de la Audiencia Nacional, para que sus “íntimos amigos” de la SGAE estén, hoy por hoy, en la calle?

Javier Arenas
Y, entretanto, continúa desplegándose impertérrita la campaña del Partido Popular contra el PSOE a cuenta de Bildu y, en el fondo de la cuestión, a cuenta de ETA. Hace bien poco, el protagonista de la estocada fue José María Aznar, tal como ayer domingo subrayamos en Cabos Sueltos de ELPLURAL.COM. Ayer, se sumó a esta nueva ronda de la infamia Javier Arenas, que aportó su contribución al objetivo de que una parte de la ciudadanía se crea que los socialistas –y habría que añadir el resto de partidos, salvo el PP y el UPyD- son agentes en la operación de legitimar a los terroristas de ETA.

Presión mediática y política
La campaña aludida no ha empezado ahora. Viene de muy lejos. La inició, en esta etapa [2004-2011], el mismísimo Rajoy cuando en el Congreso de los Diputados acusó a Zapatero de “haber traicionado a las víctimas o los muertos de ETA”. La presión mediática y política para ir fijando semejante imagen en la ciudadanía no ha hecho más que crecer y escamparse por doquier. Manuel Fraga Iribarne, el fundador del AP/PP y ex ministro relevante de Francisco Franco, impulsó la utilización partidista de la lucha contra los etarras, lo que hizo reiteradamente.

Cada dos por tres, asesinatos
Decía Fraga públicamente -habiendo entonces asesinatos de ETA cada dos por tres- que si él fuera ministro del Interior, acabaría en nueve meses con ETA. La postura beligerante de Aznar al respecto es también bien conocida, aunque algunos padezcan voluntariamente de amnesia. Y, en la actualidad, Rajoy mantiene similar política. He aquí, pues, Fraga, Aznar y Rajoy o el trío del todo vale.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM