Resulta sorprendente que nadie en la política (algo menos preocupante en las empresas) proponga un plan de trabajo colectivo ilusionante. ¿Se puede ilusionar en la escasez? Estoy convencido que sí, que se puede. Los ciudadanos de muchos países han conocidos desastres puntuales que les helaron la sangre en las venas: terremotos, sunamis y más. Pero alguien les ilusionó, alguien les ayudó y hoy están algo mejor que ayer. Pero ciertamente pasaron por un horror.

Nosotros, los españoles, estamos pasando por una situación mala, muy mala. Y todavía andamos dicutiendo quién tiene la culpa.

No, conciudadanos, olvidaos de perder horas mirando los días que se fueron: empezad a opinar sobre qué podemos hacer para empezar a vivir mejor.

Lo malo es que entre el Estado, las familias, las empresas y tú y yo tenemos una deuda que hay de devolver de 1,7 billones de euros.

Ya da igual dedicar mucho tiempo a por qué estamos así, lo urgente es imaginar cómo pagamos lo que debemos y cómo no entramos en la mendicidad.

No dudo que Mariano Rajoy sea un buen administrador. Pero hoy no quiero sólo buenos administradores, quiero dirigentes que me ilusionen y me propongan retos difíciles -sin duda- pero con esperanza de luces al final del proceso.

Estoy seguro que muchos ciudadanos que sufren aceptarían reunir a cojos, enfermos, parados, desconcertados e ilusionados, para debatir sobre la esperanza. Que la puede haber. Pero hay que buscarla.

¡Qué pena no tener trato con el candidato Rubalcaba para poder explicarle algo de esto!

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luissolana.com