Lo cierto es que ETA le ha servido de coartada habitualmente para atacar al Gobierno socialista. Pero ahora se ha quedado ya sin ETA, aunque él y sus voceros eludan la evidencia de que el adiós etarra a las armas es irreversible. Las denominadas Voces contra el Terrorismo han vociferado de nuevo. Arremetieron sobre todo, y como era previsible, contra el Ejecutivo. Mientras tanto, esas voces pedían además prisión o cárcel para Alfredo Pérez Rubalcaba. Espectáculo lamentable, manipulando a las víctimas –que no son todas las víctimas ciertamente- en un penoso dejà vu.

Un juego perverso
El PP estaba y no estaba a la vez en la mani. Nos encontramos, pues, ante un juego perverso, fruto de las intoxicaciones de gurús esotéricos como Mayor Oreja. Este partido -el de la doblez sistemática-, el PP, es el que probablemente va a gobernarnos. ¿Cómo Mariano Rajoy puede, tan tranquilo, aplaudir primero el comunicado de ETA y, días más tarde, enviar a una parte de sus huestes a montar otra gresca, porque de este modo procuran erosionar a Rubalcaba, al que no le perdonan su éxito como ministro del Interior?

El Estado de Derecho
Alcaraz y sus fieles repiten con fruición que ellos se limitan a pedir justicia. Ignoran –mejor dicho, pretenden ignorar- que en España funciona, desde hace más de treinta años –no antes- el Estado de Derecho. Son numerosísimos los terroristas que, a lo largo de los años, han sido detenidos, juzgados y condenados a penas muy graves. La justicia ha actuado y, si fuera necesario, funcionaría otra vez y sin ninguna duda.

El PP y los alcaraces de turno
Es una vergüenza política que el PP continúe amparando a los alcaraces de turno. Su orientación política es transparente y fácilmente detectable. En ese magma se observa enseguida el tufo ultramontano, el de quienes se suben al monte y el de cuantos hacen de la demagogia su modelo ideológico, que es, al fin y al cabo, el de la extrema derecha en cualquiera de sus diversas versiones.

El mérito, de Zapatero y Rubalcaba
En lugar de convocar a los ciudadanos de este país para celebrar todos juntos el definitivo ocaso de ETA, Alcaraz y Mayor Oreja se empeñan en describir la situación del terrorismo como si nada hubiera pasado desde 2004 hasta hoy. El mérito de que se haya acabado ETA –le guste o no a la derecha- es del Gobierno actual. Es el mérito de Zapatero y, en paralelo, el de Rubalcaba. Y es, por supuesto, el de muchísima buena gente del País Vasco y el resto de España que han dicho ¡basta! Desde 2004 a día de hoy, el PP sólo ha puesto obstáculos a la política contraterrorista del PSOE. Es hora, al menos, de que callen.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM