El otoño judicial se anuncia polémico. Y la sentencia del Tribunal Supremo por el juicio del proces, que llegará en octubre, disparará la temperatura. Una sentencia polémica, sea la que fuere, que partirá de una valoración de hechos asentados en esa zona fronteriza que existe entre la política y el derecho. En un momento, además, de especial relevancia a la luz del deterioro institucional existente. 

En el reciente estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas, la independencia judicial no queda bien parada. La desconfianza de los ciudadanos hacia jueces y tribunales es manifiesta. Consideran también que, en casos de delincuencia grave, las penas son blandas. Sin duda, la imprevisible primera sentencia en el caso de La Manada ha hecho mella. En todo caso, la percepción de una justicia lenta, con escasos medios informáticos y poco equitativa, es un aviso grave porque apunta al corazón del Estado de Derecho. No basta que la mayoría de los jueces y magistrados del país sean independientes, porque la opinión pública percibe que en la cúpula judicial las cosas van de otra manera.

En todo caso, una vez más, los que en la encuesta salen perjudicados se mofan del estudio y de quien lo dirige, José Félix Tezanos. El presidente del organismo que estudia la opinión pública le ha quitado importancia a las criticas en una entrevista en la Cadena SER. Son las mismas bromas de siempre, pero en abril “clavamos el resultado,” ha recordado.

 En cuanto a los partidos políticos, el sondeo hecho antes de la investidura muestra una gran subida del PSOE, que presenta una intención directa de voto del 41,3 por ciento. En segundo lugar, con un lejano 13,7 por ciento figura el PP, seguido por Unidas Podemos con un 13,1 por ciento, que adelantaría un puesto, pero acusaría el golpe de los devaneos de su líder, Pablo Iglesias, que puso por delante en las negociaciones con el PSOE, su interés personal en conseguir puestos de poder, frente a lo que encomendaron los electores, que es ni más ni menos, que los progresistas administren el país.

Ciudadanos baja al cuarto lugar, en la vorágine de su propia inconsecuencia, con un 12,3%. La negativa cerrada a abstenerse en favor del PSOE, para hacer posible la legislatura, pasa factura al partido naranja, que se percibe cada vez más próximo a posiciones poco tolerantes. Es lo que ocurre cuando uno se acuesta con Vox, señor Rivera, que se levanta salpicado de extrema derecha.

El avance de los socialistas ha sido saludado con ironía por el diputado de Unidas Podemos Pablo Echenique, que ha tuiteado que en base al CIS Sánchez no necesita negociar, pues obtendría ahora el 127 % de los votos. Más valdría que los componentes de UP estuvieran calladitos porque los errores se pagan.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com

@enricsopena