“Aznar está tramando algo. ¿Un nuevo partido?” comentaba un joven dirigente del actual Partido Popular a este diario hace escasos días. Y la verdad es que por sus intervenciones públicas, podría ser verdad.

Lleva años criticando duramente la política del Partido Popular y de forma muy especial a Mariano Rajoy. No es nada nuevo. Y no se trata sólo de malas relaciones personales sino de críticas de calado que aprovecha en cualquier acto público para lanzarle al actual presidente en funciones.

Un Aznar resentido y amargado tras dar paso a otro candidato del PP que él mismo eligió, profundiza día a día su radicalización a la derecha. Ya no habla catalán en la intimidad como hace unos años cuando  necesitaba los votos de Pujol sino que ahora como mucho dice frases en inglés con acento tejano aprendido como tantas muchas cosas con los neoconservadores norteamericanos.

Si viviese en Estados Unidos sería un fiel seguidor de Trump y del tea party pero como vive, a tiempo parcial en España, se refleja cada día más con la francesa Marie Le Pen.

Dedicado junto a Ana Botella a vender imagen de familia unida ejemplar y a hacer negocios, Aznar tiene ya identificadas a las personas que le podrían seguir en un posible nuevo partido en donde él sería el líder indiscutible.

Siempre se ha dicho que en España no había un partido de extrema derecha porque todos sus posibles seguidores estaban en el PP. Pues bien quizás ha llegado el momento.

Aznar, entre negocios y gimnasios, esperará pacientemente a los próximos resultados electorales. Los analizará y si el PP pacta con Ciudadanos y por lo tanto centra algo sus posturas comenzará a poner en marcha su proyecto. Lo que él llama proyecto hegemónico que no es nada más y nada menos que un partido que defenderá lo privado frente a lo público bajando impuestos, a lo ultra conservador frente a lo progresista, a un estado más centralista y a unas políticas insolidarias, xenófobas y racistas como son las de sus compañeros europeos que tantos éxitos recogen por Europa y ya no digamos si encima le recibe Trump en la Casa Blanca… eso sería su sueño.

Por favor que no se cumpla.