La derecha menos edificante ha dirigido, en los últimos largos años, los destinos de la Autonomía de Madrid con absoluta desfachatez. El penúltimo caso judicializado es el de Cristina Cifuentes, que fue presidenta de la Comunidad y pasó a engrosar el ejército de aquellos que “salieron ranas” a la lideresa Esperanza Aguirre, quien siempre ha mostrado su asombro y candidez ante cada presunta corrupción del equipo que ella misma instaló en la sede de la Puerta del Sol. 

Cuando Esperanza Aguirre dimitió, alegando motivos personales, dejó en el puesto a Ignacio González, un político criado a su sombra. El presunto enriquecimiento irregular mediante actuaciones con el Canal de Isabel II, que ha originado el llamado caso Lezo y otras hierbas poco recomendables, pusieron en jaque a González quien ingresó en prisión provisional en 2017 y sigue explicándose ante los tribunales, ahora en libertad condicional. 

Continuó sus hazañas Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior del gobierno madrileño, que dio nombre al caso de corrupción que afecta al PP, la “operación Púnica”, ya saben, nombre latino de la granada. También se le ha enlazado con el caso Gürtel, entre otros asuntillos. Está en libertad bajo fianza. 

Sin ahondar en más cuestiones, llegamos a la siguiente en la línea de sucesión en la Presidencia, Cristina Cifuentes, mujer del PP desde los 16 años, que ha desempañado numerosas funciones dentro de la formación y fue previamente, no lo olvidemos, Delegada del Gobierno en Madrid, un puesto que no es moco de pavo y en el que la política se encontró con numerosas manifestaciones y protestas con incidentes graves. La buena estrella de Cifuentes se eclipsó ante la denuncia de presuntas irregularidades de su título de máster en Derecho Autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos, durante el curso 2011-2012.

Este asunto, que negó, unido a un video en que se la veía en un comercio obteniendo unas cremas sin ánimo de abonarlas, desembocó en su dimisión. Ahora Cifuentes declara ante el juez. Se dirime si fue la presunta autora de la falsificación del documento. Los testimonios que se van aportando, indican presiones desde la Comunidad a las docentes implicadas, para modificar o incluso presentar un acta que justificara dichos estudios. 

¿Qué ha hecho Madrid para merecer todo esto? Las riendas autonómicas las lleva ahora Isabel Díaz Ayuso (también del PP) en coalición con Ciudadanos y con el permiso de Vox. Community Manager inicial de las andanzas de Pecas, el perrito de Esperanza Aguirre (siempre ella), la actual presidenta autonómica se distingue por su dudosa gestión y sus salidas extemporáneas inspiradas por Miguel Ángel Rodríguez, antiguo portavoz del gobierno de José María Aznar. Las desgracias de Madrid con estos personajes, parecen no tener fin. Atendiendo a los castizos, se diría que a los madrileños les ha mirado un tuerto.