Vamos de cabeza hacia un callejón sin salida: ese "¿cómo quieres que te quiera si el que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?" de Sánchez puede acabar en la convocatoria de las cuartas elecciones generales en un periodo de cuatro años. Sí. Como lo lee: recuerde que en 2015 tuvimos elecciones, que se tuvieron que repetir en 2016 porque fueron incapaces de ponerse de acuerdo para formar gobierno. Y ahora, han venido las del 2019, que van camino de volverse a repetir si vuelven a ser tan incapaces como hace tres años. O sea, cuatro elecciones generales en cuatro años. Le recuerdo que cada vez que se repiten las elecciones nos cuestan (a todos) unos 170 millones de euros. Imagínese la cantidad de cosas que se podría hacer con ese dinero, y sobre todo si lo multiplicamos por dos. O por tres. 

Imagínese también lo que podríamos hacer con los sueldos de todos aquellos que, desde que han resultado investidos, desde que han tomado posesión de sus actas, no están haciendo nada porque por el momento, al no haber gobierno, nada de lo demás funciona. Se dedican a sus asuntos, pero cobran. Y lo pagamos, como siempre, entre todos. 

Pongamos el foco de una manera más real: imagínese que en su comunidad de vecinos deciden contratar a una nueva empresa para hacer las labores de limpieza de las zonas comunes. Se realiza el contrato, y se comienza a pagar a la empresa. En ella están organizando plantilla, y no tienen todavía un encargado. Nos dicen que hasta que no haya encargado (o encargada, claro) no pueden venir a limpiar a nuestra casa. Pero el servicio ya lo estamos pagando. Y mientras en la empresa no se ponen de acuerdo, a nosotros nos viene "el de servicios básicos" (a veces ni eso), a hacer que limpia, pero no se hace cargo de las cuestiones importantes: ni desatasca los canalones, ni limpia las alcantarillas.... nada de nada. Total, es verano y muchos están de vacaciones en el vecindario, así que parece que no está sucediendo nada. Pero si, sucede. Usted está pagando todos los meses por un servicio que no le están dando. Todo está previsto en la letra pequeña del contrato, así que se lo tiene usted que comer con patatas. Seguir pagando mientras es evidente que nadie se hace cargo de lo urgente, de lo importante, de lo que va a dar problemas en cuanto empiecen las lluvias... 

Un sencillo ejemplo que, a grandes rasgos, es lo que nos viene sucediendo. Alguno me dirá que ahora mismo el gobierno está en funciones, que siguen trabajando. Sí, con Rajoy estuvimos muchos meses en funciones. Y total, para lo que hacía cuando 'gobernaba' tampoco hubo mucha diferencia. La cuestión es si esto es ético, si es legítimo, si es correcto. Y en mi opinión, no lo es. 

Esta clase política vive tranquila cobrando su sueldo a fin de mes. Pase lo que pase. Tanto si están en el gobierno como si están en la oposición. Cobran. Y más allá del discurso y la batalla política diaria, de dar titulares y soltar frases para hacernos creer que les preocupamos algo (porque se justifican con nuestros votos después), y porque al final nosotros pagamos la fiesta.... para ellos es su trabajo. Del que, además, no les podemos echar. Se echan entre ellos, en sus batallas de partido, en sus escándalos a través de los medios que ellos también alimentan y utilizan. En fin: que nosotros somos los que pagamos, los que tenemos que cumplir con las decisiones que ellos toman (a ellos no les suele afectar, pues viven en otra realidad donde hay aforamientos, coches oficiales, zonas vip, reservados, contratos con unas condiciones increíbles)... y mientras tanto no son capaces ni siquiera de organizarse para trabajar. 

Quizás habría que plantear cambiar las cosas. Elecciones a dos vueltas. O introducir el voto negativo. O no cobrar hasta que no haya conformado un gobierno que se ponga a trabajar. Se me ocurren muchas opciones para que tomarnos el pelo sea más complicado para esta élite que vive a nuestra costa y que, como hemos visto, en la mayoría de ayuntamientos, no han dudado un segundo (un minuto y cuarenta segundos les ha costado en algún cabildo) en ponerse de acuerdo para subirse el sueldo. Ahí si que se ponen enseguida en sintonía. Dicho sea de paso que la excepción honrosa ha tenido lugar de la mano de EHBildu, que en todos los ayuntamientos donde ha llegado a la alcaldía se han bajado el sueldo. Porque mas allá del "Todo es ETA", hay que explicarle a la gente que ese partido político tiene un programa, tiene más ideas, y entre otras cosas, hará posible un gobierno progresista en Navarra. De momento, ya han dado el ejemplo que todos los demás, en términos generales, no están dando.