-¿Te extraña?, contesté.

-Bueno, en realidad, Aznar se ha convertido él mismo en el más variopinto, extravagante e impertinente exmandatario que pulula por el ancho mundo, pero hay cosas e intereses que debería tener en cuenta antes de hablar, aunque le paguen mucho dinero por sus conferencias...

Y Jorge Moragas en Harvard...
La llamada de mi comunicante popular es fiel reflejo del ánimo que anima en el PP a propósito de su anterior comandante en jefe, al que ya han dejado por "imposible, un caso perdido...". Simplemente anotar que esas manifestaciones escandalosas se producían a la misma hora en que a unos kilómetro de distancia de Nueva York, en la elitista Boston, Jorge Moragas, jefe del Gabinete de Rajoy, vendía en Harvard University el proyecto reformista del nuevo PP y trataba de fijar la atención de los observadores norteamericanos en el intento de cambio de mentalidad de la sociedad española a propósito del EMPRENDIMIENTO, base del programa de "cambio" del centro/derecha español.

El amigo extravagante...
Hace unos días en VEO7, el canal de Pedro J. Ramírez al que Ernesto Saénz de Buruaga ha dejado más seco (sin audiencia y sin dinero) que un escarzo, Aznar afirmó defender la operación internacional contra Gadafi. Luego se va a USA, se supone que bien regado de dólares, para arremeter, además de contra el presidente Obama, contra Sarkozy, Cameron, la OTAN y todo lo que se mueva diciendo lo del "amigo extravagante" en relación con el asesino libio.

Intereses en el desierto
Los que realmente conocen al pequeño "conducator" madrileño que un día pasó por Valladolid saben que en toda su abigarrada historia de poder, Aznar siempre se movió por sus propios intereses. Y mucho más ahora que se ha propuesto llenar su caja a espuertas; ora de Endesa, ora de Murdoch, ora de fondos inconfesables extranjeros, bla, bla, bla, suma y sigue.

¿Tiene o tenía él o algún miembro de su familia intereses en Libia? ¿Tiene o tenía algún miembro de su familia negocios con alguno del "clan Gadafi? Por ahí puede venir la explicación a la última "boutade" del singular personaje que sigue creyendo iluminado directamente por el Espíritu Santo.

¿Por dónde anda Alejandro Agag? ¿Estará disparando a las perdices en el privativo coto libio acompañado por el hijo del siniestro "extravagante" dictador ó acaso camuflado en alguna suite de lujo en el hotel Villamagna? ¡Qué historión tienes, Alejandrito, niño pijo! Y no dudes que la contaremos más pronto que tarde.

Carnicerito de Irak
Pues bien resulta que cuando este sujeto extravagante apoyó la guerra de Irak invocó la lucha por la libertad y la idea de que había que evitar a toda costa que Saddam Hussein masacrara a su pueblo. Ahora la ONU, sin un voto en contra (no como en aquella ocasión), aprobó esa misma idea para intervenir en Libia.

¿Se puede acaso pensar que ha cambiado de opinión sin tener en cuenta sus propias conveniencias? No.

¿Tendría Gadafi acaso algunas pruebas nada gratas contra el expresidente como anunció su hijo tenía contra el presidente francés Sarkozy? ¡Es que todo esto es muy raro!

Su partido
Le trae al fresco que con sus continuas barbaridades golpeen los intereses electorales del PP, que ha apoyado, como no podía ser de otra forma, la intervención internacional. Lo mismo que los intereses de España cuando afirma en foros internacionales que nuestro país no podrá devolver su deuda. ¿Se ha visto mayor caradura? Pues deja de cobrar la enorme pensión y otros gastos que tienes como expresidente para ayudar a pagarla, que cuestan un riñón al contribuyente. Y que espléndida y guapa mujer (y familia) renuncie a cobrar dinero público y utilizar coches, escoltas y demás prebendas públicas.

Un peligro
Aznar se ha convertido no en un jarrón chino, sino en un peligro serio, fundamentalmente para su partido que ahora le repesca para la campaña del 22-M. ¡Allá tú, Cospedal! Este tío no aporta ya un voto. Lo único que le queda, además de un pastón, es FAES donde abrevan con fruición algunos plumíferos (as) encargados de repartir estopa a destajo o vetar a otros, como el que esto suscribe, que nunca comulgamos con perdices libias.

Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS.ES