Con la desaparición del esperpéntico impuesto al sol perpetrado por el Gobierno de Rajoy en los estertores de su mandato, las trabas administrativas para el autoconsumo de electricidad a partir de fuentes de energía limpias y renovables han desaparecido. Y una de las principales beneficiadas es la fotovoltaica doméstica.   

El impuesto al sol no prohibía la instalación de placas, pero los trámites para poder instalarlas en el tejado de una vivienda particular o un edificio de pisos podían durar hasta casi un año. Había que darse de alta en el registro de productores, emitir facturas con IVA y cumplir con el resto de requisitos que se le exigen a las grandes compañías eléctricas. Esa era una de las estrategias disuasorias más efectivas para entorpecer el autoconsumo.

Ahora todas esas trabas han desaparecido y los proyectos de instalación doméstica de menos de 35 kilovatios de potencia no necesitan ningún trámite especial.

Con las medidas de eficiencia energética necesarias, la potencia necesaria para atender el consumo de electricidad de un hogar medio en España puede quedarse en una décima parte de esos 35 kilovatios, por lo que tenemos un amplio margen para fabricar nuestra propia energía sin morir de papeleo.

También es mucho más fácil ahora vender la electricidad sobrante que genere nuestra pequeña instalación doméstica a la compañía eléctrica que mantenemos contratada. Porque el hecho de instalarnos unas placas no significa que dejemos de ser clientes de la comercializadora que nos ha venido abasteciendo hasta ahora, sino que recurriremos a ella cuando la necesitemos.   

Antes, si las placas generaban menos de 10 kilovatios sus propietarios no cobraban por la electricidad vertida a la red. La compañía la recibía gratis y podía vendérsela a otro: incluso a nosotros mismos. Ahora no. Ahora viertan lo que viertan los autoconsumidores eléctricos que inyecten el sobrante en la red cobrarán desde el primer vatio en forma de descuentos en la factura o incluso de abonos. Se tratará de atender a lo que marque el contador de ida y vuelta y sacar cuentas: he consumido tanto, menos tanto que he inyectado, os pago tanto o me debéis cuanto. Así de fácil, así de lógico.

El hecho de instalarnos unas placas no significa que dejemos de ser clientes de la comercializadora, sino que recurriremos a ella cuando la necesitemos

Más. También podemos instalar paneles solares en la azotea de un edificio para el uso compartido de todos los vecinos. Antes el titular de la instalación fotovoltaica y el titular del contrato con la compañía eléctrica debían de ser el mismo. Ahora ya no. Ahora una empresa de energía solar puede poner una instalación en la azotea de un bloque de viviendas y suministrar energía 100% limpia y renovable a todos los vecinos que así lo deseen.

Y por último. Para acabar de animar al autoconsumo de energía renovable, Ikea acaba de anunciar que en los próximos meses comenzará a vender sus populares kits de paneles solares fotovoltaicos en sus tiendas de España. La marca sueca hace tiempo que vende sus sets solares en casi la mitad de los países en los que opera, entre ellos Suecia, Holanda, Dinamarca, Reino Unido o Japón. Aquí no podían venderlos. Ahora podremos ir a Ikea a comprar los artículos de iluminación, los electrodomésticos y el resto de aparatos eléctricos y electrónicos para el hogar, y también el kit solar para abastecerlos de energía. Una buena noticia para todos, incluido el planeta.